La gripe en verano: un fenómeno más común de lo que creemos

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La gripe en verano: un fenómeno más común de lo que creemos

La gripe se considera tradicionalmente una enfermedad propia de la temporada invernal, sin embargo, cada vez es más frecuente que los casos de gripe se presenten durante los meses de verano. Este fenómeno, lejos de ser una rareza, se está convirtiendo en una realidad cada vez más común. A pesar de que las condiciones climáticas y ambientales durante el verano no parecen propicias para la propagación del virus, los expertos aseguran que la gripe estival es un problema que no debe ser subestimado. En este sentido, es fundamental tomar medidas preventivas y estar atentos a los síntomas para evitar que la enfermedad se propague.

La gripe en verano: un fenómeno más común de lo que creemos

Contrariamente a lo que se cree, tener gripe en los meses de verano es posible. De hecho, según un estudio realizado por la Universidad de Turín, los niveles bajos de vitamina D se asocian con un aumento de las enfermedades respiratorias como la gripe. Esto significa que el papel del sol podría ser muy beneficioso para evitar estos dos procesos infecciosos.

Los cambios bruscos de temperatura, un factor clave

Los cambios bruscos de temperatura, un factor clave

Tanto la gripe como el resfriado desarrollan el mismo proceso sea cual sea la época del año en que se manifiesten. Sin embargo, es una realidad que, con las olas de calor que se están sucediendo este año en España durante el verano, los cambios bruscos de temperatura (aires acondicionados, corrientes de aire…) están haciendo estragos.

Las causas que pueden desencadenar una gripe en invierno o en verano son bien diferentes, aunque los síntomas sean muy parecidos. En la época del año en que nos encontramos, lo más habitual es que se produzca por cambios bruscos de temperatura entre el espacio exterior (40ºC a la sombra), y los interiores (aire acondicionado non stop).

El aire acondicionado, un enemigo silencioso

El aire acondicionado es responsable de muchas gripes de verano. Los aparatos de aire acondicionado irritan nuestras mucosas nasales, facilitando la entrada de rinovirus (principales responsables de los resfriados).

Por todo ello, es importante preparar nuestro sistema inmunitario para afrontar el verano, con la intención de que se mantenga fuerte y protegido, tal y como recomienda José Antonio Valdés, farmacéutico e investigador de productos naturales.

¿Cómo sé si tengo gripe en verano?

Aparte de malestar general, el clásico síntoma en cualquier proceso vírico, la gripe en verano presenta una serie de síntomas fáciles de identificar.

La fiebre, aunque no sea alta, puede provocar escalofríos y acaloramiento general. Otros de los síntomas que nos advierten de que estamos gestando una gripe son la tos y la sensación de garganta seca. Quien lo padece puede tener una tos ligera, sin expectoración, con la garganta irritada.

Los estornudos son frecuentes, sobre todo al comienzo de la gripe, que hace que en muchas ocasiones se confunda con la alergia. Como último síntoma predominante está la congestión, que provoca gran mucosidad de escasa densidad pero muy frecuente.

Cuidado con la deshidratación

A pesar de que no hay mayores complicaciones derivadas de la gripe en verano que en cualquier otra época del año, hay que tener especial precaución con la deshidratación, que sí es una consecuencia más probable con las altas temperaturas. Para evitarla, hay que ingerir más líquidos de lo habitual, se tenga o no se tenga sed.

Medidas preventivas anti-gripe

El experto de Lanier Pharma comparte cuatro medidas importantes para prevenir la gripe en verano:

  • Mantener una humedad del aire por encima del 30% con ayuda de un humidificador.
  • La alimentación también es clave para poder evitar en la medida de lo posible un resfriado, ya que hay micronutrientes esenciales para ayudar a las defensas. Frutas y verduras en abundancia son los mejores aliados.
  • Mantener una hidratación completa, especialmente en población de riesgo como son los ancianos o los niños.
  • Prevenir este tipo de infecciones suplementándolos con productos como Inmunízat, que posee betaglucanos, ácido tánico, zinc, selenio, vitamina C y D.

¿Qué puedo hacer si ya 'he caído' con gripe?

Una vez que hemos caído en las redes de la gripe, debemos priorizar el descanso: dormir bien ayuda mucho a que nuestro organismo se recupere del desgaste acelerado. Los antibióticos no son útiles contra la gripe, puesto que se trata de un proceso vírico y no bacteriano.

Para acelerar el proceso de curación es importante tener unos días de reposo, tomando algún antitérmico si es necesario (con fiebres más allá de 37,5ºC). El agua en abundancia y las infusiones se convierten en imprescindibles compañeros de sofá mientras nos recuperamos.

Medidas como los lavados nasales y la ventilación correcta en la habitación en la que pasamos la mayor parte del tiempo resolverán la gripe en menos tiempo.

Sol anti-infecciones sí, pero con precaución

Tomar el sol puede ser beneficioso para mantener óptimos niveles de vitamina D en la sangre, en épocas muy calurosas como este verano. Sin embargo, como contrapartida, el organismo debe trabajar más para mantener la temperatura corporal estable.

Por eso, hay que proveerse de vitamina D, pero con precauciones. La vitamina D que absorbemos a través del sol contribuye a evitar la gripe, pero con cautela.

Patricia Martínez

Hola, soy Patricia, autora en El Noticiero. Me apasiona compartir las noticias más relevantes de actualidad, tanto a nivel nacional como internacional. Mi compromiso con la objetividad y la rigurosidad en la información es mi principal prioridad. ¡Te invito a descubrir las últimas novedades junto a mí en este periódico independiente!

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