¿Cómo los mosquitos te localizan para picarte? Descubre los secretos de la ciencia detrás de su estrategia

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¿Cómo los mosquitos te localizan para picarte? Descubre los secretos de la ciencia detrás de su estrategia

Los mosquitos son uno de los insectos más odiados del planeta, y no es para menos. Su capacidad para localizar y picar a sus víctimas con precisión es verdaderamente impresionante. Pero, ¿cómo lo hacen? ¿Qué les permite detectar la presencia de un ser humano y acudir a él con tanta rapidez? La ciencia ha estado estudiando esta pregunta durante años, y los resultados son fascinantes. En este artículo, vamos a desvelar los secretos detrás de la estrategia de los mosquitos para localizar a sus víctimas, y descubrirás que hay mucho más de lo que parece en este proceso tan complejo.

Descubre el secreto de la atracción: ¿cómo detectan los mosquitos nuestro olor?

Los mosquitos se convierten en una verdadera molestia durante el verano y con el aumento de las temperaturas, no solo por sus zumbidos, sino también por sus picaduras. Además, pueden ser vectores de diversos virus y parásitos. Estos pequeños insectos se alimentan exclusivamente de humanos, pero para ser alimentadores exitosos, deben haber desarrollado mecanismos de orientación precisos para distinguir entre el olor humano y animal. Pero, ¿cómo lo pueden hacer?

La ciencia detrás de la picadura

La ciencia detrás de la picadura

Un equipo de investigadores ha descubierto cómo los mosquitos detectan nuestro olor. La nueva investigación, publicada en la revista Nature, trató de responder a esta pregunta. ¿Qué es lo que detectan realmente? Nos sumergimos en el cerebro del mosquito y le preguntamos: '¿Qué puedes oler? ¿Qué ilumina tu cerebro? ¿Qué está activando tus neuronas? ¿Y cómo se activa tu cerebro de manera diferente cuando hueles el olor humano frente al olor animal?', señala Carolyn McBride, profesora asistente de ecología y biología evolutiva y neurociencia.

El equipo creó mosquitos Aedes aegypti genéticamente modificados, vectores del virus Zika, el virus del dengue, el virus de la fiebre amarilla y el virus chikungunya, utilizando CRISPR-Cas9. Estos insectos transgénicos tenían cerebros que se iluminaban cuando estaban activos, lo que permitió a los científicos obtener imágenes de los cerebros en alta resolución.

El estudio revelador

El olor humano se compone de muchos compuestos diferentes, y estos mismos compuestos también están presentes en la mayoría de los olores de los mamíferos, pero en diferentes proporciones. Investigaciones anteriores han encontrado que los compuestos por sí solos no son atractivos para los mosquitos, por lo que un desafío es determinar las proporciones exactas de los compuestos atractivos.

El equipo utilizó el olor de 16 humanos, dos ratas, dos conejillos de Indias, dos codornices, una oveja y cuatro perros para estimular el apetito del mosquito. La forma en que recolectaron estas muestras fue bastante interesante. Para las ovejas, hicieron que una granja donara varios vellones, y para los perros, visitaron un salón de belleza y recolectaron pelos recortados de perros.

Para las muestras humanas, tuvimos un montón de grandes voluntarios, dijo la autora del estudio, Jessica Zung. Les pedimos que no se bañaran durante unos días, luego se desnudaron y se acostaron en una bolsa de teflón, añade la investigadora.

El cerebro del mosquito

El cerebro del mosquito tiene 60 centros nerviosos llamados glomérulos, y el equipo originalmente planteó la hipótesis de que la mayoría de estos centros estarían involucrados en ayudar al mosquito a encontrar su próxima comida y distinguir los olores humanos de los animales, pero resultó ser todo lo contrario.

Cuando vi por primera vez la actividad cerebral, no podía creerlo, solo estaban involucrados dos glomérulos, dijo Zhilei Zhao, miembro del equipo de investigación. Eso contradecía todo lo que esperábamos, así que repetí el experimento varias veces, con más humanos, más animales. Simplemente no podía creerlo. Es tan simple, añadió Zhao.

A través de los experimentos, se determinó que los mosquitos detectan dos sustancias químicas (decanal y undecanal), que se enriquecen con el olor humano y probablemente se originan a partir de lípidos únicos de la piel humana en lugar del sudor.

En general, esta investigación colaborativa puede ayudar al desarrollo de nuevos repelentes, permitiéndonos a todos disfrutar del agradable aire exterior sin el temor de que estos desagradables insectos nos roben la sangre.

Lucía García

Hola, soy Lucía, un apasionado escritor y experto en actualidad nacional e internacional en el periódico independiente El Noticiero. Mi dedicación por la objetividad y la rigurosidad en mis artículos me permite ofrecer a nuestros lectores las últimas novedades de manera imparcial y detallada. Mi compromiso es informar con veracidad y transparencia, para que nuestros lectores estén siempre bien informados. ¡Descubre conmigo las historias más relevantes del momento en El Noticiero!

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