En un preocupante escenario de desigualdad social, una reciente denuncia revela que un 71% de personas gitanas que cumplen con los requisitos establecidos no tienen acceso a la Prestación de Invalidez y Muerte (IMV), una de las principales ayudas sociales del Estado. Esta alarmante cifra pone de manifiesto la grave brecha social que existe en nuestra sociedad, donde un grupo étnico específico se enfrenta a obstáculos sistemáticos para acceder a derechos básicos. La denuncia destaca la discriminación institucional y la falta de oportunidades que aquejan a la comunidad gitana, lo que agrava aún más la situación de exclusión social en la que se encuentran.
Un estudio realizado por la Fundación Secretariado Gitano (FSG) revela que más de la mitad de la población gitana en España no tiene acceso al Ingreso Mínimo Vital (IMV), a pesar de cumplir con los requisitos para ser beneficiaria de la prestación. El informe muestra que solo el 29% de este colectivo potencialmente beneficiario accede a la ayuda, en comparación con el 35% de la población general en exclusión social.
La situación de pobreza y exclusión social es especialmente grave en la población gitana, con un 86% de la población gitana por debajo del umbral de riesgo de pobreza, un 67% en situación de pobreza severa y un 46% en extrema pobreza. La tasa de pobreza infantil en la población gitana asciende al 89%.
El informe destaca que la ayuda del IMV no reduce la incidencia de la pobreza en la población gitana, pero sí su intensidad, contribuyendo más a superar la pobreza extrema. Sin embargo, apenas afecta a la pobreza severa y, en ningún caso, saca del riesgo de pobreza.
Barreras para acceder al IMV
Entre las barreras que se encuentran las personas gitanas para acceder a esta ayuda, el estudio enumera la falta de información, dificultades con la documentación a aportar, largos periodos de tramitación o la brecha digital.
Reacciones de las autoridades
La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, ha indicado que se han logrado avances, pero queda mucho por hacer. La población gitana sigue enfrentándose a desafíos muy importantes. Es por tanto muy necesario atender a lo que dice este estudio y redoblar esfuerzos para ampliar la cobertura del IMV, ha remarcado.
Por su parte, la directora general de la Fundación Secretariado Gitano, Sara Giménez, ha manifestado que el IMV es un buen instrumento para la protección de las personas gitanas frente a la pobreza, pero no está desarrollando todo su potencial. Debe adaptarse más al perfil de las familias beneficiarias y generar oportunidades para la inclusión social, educativa y laboral, ha añadido.
Un llamado a la acción
El estudio destaca la necesidad de adaptar el IMV a las necesidades específicas de la población gitana, garantizando la aplicación de medidas de activación que faciliten el acceso al empleo, el apoyo social y educativo de las familias. Solo así se podrá reducir la pobreza y la exclusión social en este colectivo.
Es fundamental redoblar esfuerzos para ampliar la cobertura del IMV y garantizar que llegue a todas las personas gitanas que lo necesitan.
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