Barcelona establece el límite máximo de la tasa turística en 4 euros a partir del 1 de octubre
La ciudad de Barcelona ha decidido fijar un tope a la tasa turística que pagan los visitantes que pernoctan en la ciudad. A partir del próximo 1 de octubre, el límite máximo que se podrá cobrar por esta tasa será de 4 euros por persona y noche. Esta medida tiene como objetivo regular el flujo de turistas y reducir el impacto que tiene la masificación en la ciudad. La tasa turística se cobra a los visitantes que se hospedan en establecimientos hoteleros y otros tipos de alojamiento, y su recaudación se destina a la financiación de proyectos de sostenibilidad y mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Esta decisión ha sido tomada por el Ayuntamiento de Barcelona con el fin de encontrar un equilibrio entre el desarrollo turístico y la calidad de vida de los barceloneses.
Barcelona establece límite máximo de tasa turística en 4 euros a partir de octubre
Varios turistas se hacen fotos junto a la Sagrada Familia, a 15 de marzo de 2024, en Barcelona, Catalunya (España). David Zorrakino / Europa Press
Quedan poco más de diez días para que se empiece a aplicar en Barcelona el recargo turístico municipal de 4 euros por persona y noche, el máximo legal que permite la normativa de la Generalitat, después de que en julio el Ayuntamiento aprobara la modificación de la Ordenanza Fiscal para aumentar la tasa.
El consistorio ha informado este jueves de que entrará en vigor el próximo 1 de octubre, una vez se haya publicado en el BOPB la aprobación, que ha sido automática al no haberse presentado alegaciones durante el periodo de información pública.
La tasa se aplicará a cualquier persona que se aloje en la ciudad y en todas las categorías de establecimientos turísticos, y será 75 céntimos superior a la de ahora, de 3,25 euros. La medida se enmarca en la estrategia municipal de gestión del turismo y tiene como objetivo que los visitantes contribuyan a financiar servicios públicos de la ciudad que notan su presión, pues los usan intensamente.
Así, la recaudación se destinará a la limpieza, la seguridad, el alumbrado público o el transporte. También contribuirá a financiar el Plan de Espacios de Gran Afluencia (EGA), para gestionar aquellas zonas con más saturación de personas y mejorar la convivencia entre vecindario y visitantes, con medidas como el incremento del número de agentes cívicos, la mejora del espacio público, la gestión de los flujos de turistas, o la dinamización del comercio local.
Asimismo, parte del dinero recogido irá destinado a proyectos que fomenten la celebración de ferias y congresos.
El Ayuntamiento estima que este incremento de la tarifa permitirá a la ciudad recaudar 20 millones de euros más al año, de forma que se consolidará la fiscalidad turística como el tercer ingreso más importante para las arcas municipales. En total, con la suma de los ingresos del recargo 100% municipal y el 50% que corresponde a la ciudad del Impuesto sobre las Estancias en Establecimientos Turísticos (IEET) que liquida la Generalitat, Barcelona obtendrá más de 115 millones de euros.
A pesar de que, con este incremento del recargo, la ciudad llega al máximo legal que permite la normativa de la Generalitat, el Ayuntamiento ha expresado la necesidad de ir más allá y ha pedido al Govern incrementar el tope legal que limita el recargo municipal.
A principios de septiembre, el alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, y el presidente de la Generalitat, Salvador Illa, acordaron aumentar sustancialmente la tasa turística para los cruceros de corta estancia -menos de 12 horas- que pasan por el Port, aunque no dieron una cifra exacta de cuánto podría significar este incremento.
Collboni recordó que los cruceristas que pasan poco tiempo en la capital catalana son los que hacen un uso más intensivo del espacio público, y dijo que por ello ve necesario aumentar el tope de 4 euros al día por persona.
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