- El empleo extranjero alcanza una expansión sin precedentes, superando incluso la época de máximo auge inmobiliario
- La mano de obra extranjera lidera el crecimiento económico español, con un 59% de los nuevos empleos
- La mano de obra extranjera, motor de aumento de la fuerza laboral del país
- La inmigración, principal preocupación de los españoles
- La segregación ocupacional de los trabajadores extranjeros
El empleo extranjero alcanza una expansión sin precedentes, superando incluso la época de máximo auge inmobiliario
La situación laboral en España está experimentando un auge sin precedentes, con un número récord de trabajadores extranjeros que se han incorporado al mercado laboral en los últimos años. Según los datos más recientes, el empleo extranjero ha superado incluso los niveles alcanzados durante la época de máximo auge inmobiliario, lo que supone un punto de inflexión en la tendencia laboral del país. Esta tendencia se debe, en gran medida, a la creciente demanda de mano de obra en sectores como la industria, la tecnología y los servicios, que han atraído a un gran número de trabajadores procedentes de fuera de España. Esta expansión sin precedentes del empleo extranjero tiene importantes implicaciones para la economía y el mercado laboral español.
La mano de obra extranjera lidera el crecimiento económico español, con un 59% de los nuevos empleos
Desde la pandemia, España vive un auge migratorio sin precedentes, y el ritmo al que las empresas españolas están contratando mano de obra extranjera no tiene precedentes en la historia reciente. De hecho, el empleo extranjero está creciendo a un ritmo más veloz incluso que el que se vio en los tiempos del boom inmobiliario, cuando la economía crecía dopada por los ingresos de la burbuja del ladrillo.
Según cálculos elaborados por Fedea y BBVA Research basados en la Encuesta de Población Activa (EPA), desde 2021 se han creado, de media, 386.000 puestos de trabajo ocupados por extranjeros. En comparación, entre 2000 y 2008 el ritmo fue de 329.000 empleos en promedio anual.
El 59% del empleo que se ha creado en los últimos tres años se debe a la contratación de personas con al menos otra nacionalidad distinta de la española. Una cifra que deja pequeño el 48% que se registró en los primeros ocho años del siglo XXI.
La mano de obra extranjera, motor de aumento de la fuerza laboral del país
Más allá de los puestos de trabajo creados, hay un factor que es quizá todavía más relevante. Y es que los trabajadores extranjeros se han convertido prácticamente en el único motor de aumento de la fuerza laboral del país. El 90% del incremento en la población activa que ha experimentado España desde 2021 se debe a la llegada de inmigrantes.
Estas cifras ponen de manifiesto que el crecimiento económico que ha vivido España en los años posteriores a la pandemia está condicionado por la migración. Y todo apunta a que así seguirá siendo durante muchos años. El declive demográfico que afronta la población española, con apenas 1,1 hijos por mujer en los últimos tiempos, vaciará el mercado laboral si no llega fuerza extranjera que cubra las vacantes.
La inmigración, principal preocupación de los españoles
La llegada de migrantes supone un reto para un país que empieza a ver con creciente preocupación este fenómeno. La inmigración se ha convertido en la principal preocupación de los españoles, según refleja el CIS. En tan solo dos meses, el porcentaje de españoles que consideran este asunto como el más urgente para España ha pasado del 17% en julio al 30% en septiembre.
Sin embargo, el futuro a medio y largo plazo de la economía del país está estrechamente vinculado a la llegada de mano de obra extranjera. De fondo hay asuntos clave para un país en pleno proceso de envejecimiento imparable, como el sistema público de las pensiones o el propio Estado del bienestar, que dependen decisivamente de que haya personas en edad de trabajar contribuyendo al fisco.
Si queremos crecer, necesitamos inmigrantes. Estamos llegando a un punto de cambio demográfico, envejecimiento… no tenemos jóvenes. Va a ser difícil que crezcamos sin la inmigración, reflexionaba Florentino Felgueroso, investigador en Fedea y uno de los mayores expertos en el mercado laboral español del país, en la presentación del último Observatorio trimestral del mercado laboral que codirige.
La segregación ocupacional de los trabajadores extranjeros
Los trabajadores extranjeros sufren un fenómeno que se conoce como segregación ocupacional. Es decir, por razón de su nacionalidad tienden a concentrarse en determinadas actividades económicas con condiciones más desfavorables.
Los datos que han recopilado Fedea y BBVA Research señalan que la mitad de los empleados extranjeros se reparten en 15 sectores distintos. En el caso de las mujeres, ese porcentaje se eleva hasta el 63%. Los trabajos más frecuentes son los empleados domésticos (donde se ocupan el 6,8% de los extranjeros), seguido por los camareros asalariados (6%), personal de limpieza (5,4%) y cocineros y ayudantes.
Este fenómeno provoca que en estos sectores la proporción de empleados extranjeros en comparación con los nacionales sea muy notable. Por ejemplo, el 69% de los empleados del hogar del país tienen al menos una nacionalidad distinta a la española. La mitad de los cuidadores a domicilio, de los ayudantes de cocina, los repartidores de publicidad o los peones agrícolas también lo son.
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