Técnicas efectivas para ahorrar agua y energía en la ducha

Técnicas efectivas para ahorrar agua y energía en la ducha

En un mundo donde la sostenibilidad y el ahorro de recursos naturales se han convertido en temas de gran importancia, es fundamental adoptar hábitos ecoamigables en nuestros hogares. Uno de los lugares donde podemos hacer un cambio positivo es en la ducha, donde se consume una gran cantidad de agua y energía. Afortunadamente, existen técnicas efectivas que nos permiten reducir considerablemente el consumo de estos recursos sin sacrificar nuestra comodidad ni higiene. En este artículo, exploraremos algunas de las mejores prácticas para ahorrar agua y energía en la ducha, ayudando así a reducir nuestro impacto en el medio ambiente.

Ducha Eficiente: Consejos para Ahorrar Agua y Energía en Cada Jabón

Desde hace unos años, la tendencia en los hogares en España es reemplazar las bañeras por platos de ducha en los que poder asearse de una forma más rápida, además de ser una forma de ahorrar dinero y cuidar el planeta. Sin embargo, en algunos casos el ahorro es muy inferior al que se cree e incluso inexistente, puesto que la idea para ahorrar pasa por ducharse durante apenas unos minutos.

Si una ducha alcanza o incluso supera los 8 minutos de duración, es muy probable que se esté utilizando casi tanta agua como la que se invertiría en darse un baño, una costumbre que puede llegar a suponer un desembolso de hasta 400 euros anuales por familia.

La Realidad de las Duchas Tradicionales

Cuando en el hogar se tiene una ducha tradicional, es muy probable que se esté utilizando y pagando por prácticamente el mismo consumo de agua y energía que si se diese un baño, pues una ducha tradicional puede hacer consumir hasta 20 litros de agua por minuto, lo que puede llevar a gastar el doble de agua y energía que disfrutando de un relajante baño convencional.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las duchas diarias no deberían superar los 5 minutos.

Técnicas y Trucos para un Aseo Sostenible

Afortunadamente, existen una serie de trucos que se pueden poner en práctica para ahorrar dinero y agua en la ducha, entre los que se encuentra la instalación de un pequeño reloj de arena en la zona de la ducha, de manera que se pueda calcular 4-5 minutos de duración. Este pequeño gesto puede llegar a suponer un gran ahorro en todos los sentidos, debiendo ser conscientes de que no hay que recrearse en exceso durante el aseo y ser eficiente.

Cada gesto suma en pro de un uso de agua sostenible y razonable, y es que si en lugar de una ducha de 8 minutos, se invierte la mitad de tiempo, el consumo de energía y agua se reduce en un 50%, y en lugar de 160 litros de agua caliente, se usarán 80.

Además, no hay que olvidar el cortar el suministro de agua mientras nos enjabonamos o aplicamos suavizante en el interior de la ducha. De igual manera, es conveniente evitar dejar correr el agua mientras se realizan otras acciones como la depilación o incluso el cepillado de dientes.

Otras Recomendaciones para Ahorrar en la Ducha

Más allá de utilizar un pequeño reloj de arena de 4-5 minutos para poder conocer el tiempo que se debe invertir en la ducha para ahorrar dinero, hay otras recomendaciones a poner en práctica para conseguir controlar el tiempo que se pasa bajo el agua, como es el Showerdrop, un contador de agua para instalar en la ducha, que se encarga de contar tanto el tiempo invertido en el aseo como la cantidad de litros utilizados.

De igual forma, una manera de conseguir ahorrar pasa por reemplazar la alcachofa de la ducha por una que permita regular el caudal de agua, un tipo de ducha que permite reducir la cantidad de agua caliente. Con este simple cambio se puede llegar a ahorrar varios litros de agua por minuto tanto en lavabos como en duchas, sin que ello afecte al placer de darse una ducha.

Finalmente, dentro de las recomendaciones para ahorrar dinero en la ducha no hay que dejar de lado la posibilidad de aprovecharse de las innovaciones que se pueden encontrar en este ámbito, como el uso de grifos monomando, que permiten ahorrando hasta un 50% en comparación con los tradicionales, así como el uso de reguladores de caudal o aireadores, que mezclan aire con el agua para reducir el caudal utilizado.