- La heroica historia de Roselle, la perra que salvó la vida de prácticamente 80 personas en los atentados a las Torres Gemelas
- La heroica historia de Roselle, la perra que salvó la vida de personas en los atentados a las Torres Gemelas
- La vida de Michael Hingson antes del 11-S
- El 11 de septiembre de 2001: un día de terror
- La huida de la Torre Norte
- La Torre Sur colapsa
- Un legado de valentía y lealtad
La heroica historia de Roselle, la perra que salvó la vida de prácticamente 80 personas en los atentados a las Torres Gemelas
El 11 de septiembre de 2001 es una fecha que quedará grabada para siempre en la memoria colectiva. Ese día, los atentados terroristas a las Torres Gemelas en Nueva York cambiaron la historia de la humanidad. Sin embargo, en medio de la tragedia y la confusión, hubo un héroe inesperado que se destacó por su valentía y lealtad. Se trata de Roselle, una perra de raza Labrador Retriever que salvó la vida de prácticamente 80 personas durante los ataques.
La heroica historia de Roselle, la perra que salvó la vida de personas en los atentados a las Torres Gemelas
El 11 de septiembre de 2001 es recordado como uno de los días más tristes y oscuros en la historia de los Estados Unidos. Los atentados terroristas que derrumbaron las Torres Gemelas del World Trade Center dejaron profundas cicatrices no solo en el país americano, sino en la memoria de todo el mundo. No obstante, en medio de aquella tragedia, surgieron historias de heroísmo que han dejado sin aliento a miles de personas alrededor del globo, entre ellas, la de Michael Hingson, un hombre ciego que, junto a su perra Roselle, logró escapar de uno de los ataques más devastadores del siglo XXI.
La vida de Michael Hingson antes del 11-S
Hingson era un ejecutivo de ventas que llevaba una vida relativamente normal, teniendo en cuenta su condición: nació con retinopatía, una patología que afectó a su visión desde su nacimiento, aunque no impidió que se adaptara a vivir en un mundo que no podía ver. Desde hacía dos años, convivía con su perra guía, Roselle, una Labradora retriever entrenada para ayudarle a desplazarse por las calles y edificios.
El 11 de septiembre de 2001: un día de terror
A las 8:46 de la mañana, el vuelo 11 de American Airlines se estrelló contra la Torre Norte, justo 18 pisos por encima de donde se encontraba la oficina de Hingson. El edificio tembló violentamente, las ventanas explotaron y el humo empezó a filtrarse rápidamente, recuerda. Aunque el pánico invadió a muchas personas en los pisos superiores, Hingson recuerda que su perra, Roselle, se mantuvo completamente calmada cuando se produjo el impacto.
Esa serenidad fue clave para mantenerme centrado en lo que debía hacer, asegura. Me levanté del asiento y, siguiendo las instrucciones del personal de emergencia, comencé a descender por las escaleras del rascacielos, acompañado de mi perra y otros compañeros de trabajo.
La huida de la Torre Norte
Durante más de una hora, Hingson y un grupo de evacuados avanzaron lentamente por las escaleras del edificio, mientras cientos de personas trataban de escapar en medio del pánico. A medida que descendíamos, Roselle me guiaba con firmeza, evitando escombros y ayudándome a sortear a las personas que se apresuraban por salir, cuenta.
La temperatura dentro del edificio era sofocante y el aire estaba cada vez más lleno de humo y polvo, pero yo confiaba plenamente en Roselle, sabía que mientras ella estuviera calmada, yo estaría a salvo, añade. Tras descender los 78 pisos, llegamos a la planta baja, donde continuamos huyendo hacia una zona segura.
La Torre Sur colapsa
Sin embargo, la pesadilla no había terminado. Poco después de salir del edificio, la Torre Sur colapsó, cubriendo la ciudad con una nube inmensa de polvo y escombros y, en menos de media hora después, la Torre Norte haría lo mismo. A pesar de que era casi imposible ver o respirar, Roselle siguió guiando a su dueño hacia un lugar seguro.
El ruido ensordecedor y el caos a su alrededor no la afectaron, ella continuaba haciendo su trabajo con calma y determinación, asegura.
Un legado de valentía y lealtad
Desde entonces, la historia de Hingson y Roselle se ha convertido en un símbolo de valentía y lealtad y, a través de las charlas que el protagonista ha dado desde entonces al respecto, se ha puesto en valor la confianza en los perros guía y, en concreto, en el excepcional entrenamiento de aquella compañera. Aunque lamentablemente, Roselle falleció diez años después de los atentados, debido a una úlcera estomacal, su historia sigue siendo un ejemplo inspirador de coraje y confianza.
Hingson continúa narrando su experiencia y destacando la importancia de la inclusión y la accesibilidad para las personas con discapacidad, así como poner en valor el poderoso vínculo que tuvieron y que podemos forjar con nuestros canes.
Deja una respuesta