- Adolescentes españoles enfrentan desafío: mayoría no puede distinguir noticias falsas de verdaderas
- Desafío digital: más de la mitad de adolescentes españoles no puede detectar noticias falsas
- La desinformación golpea a la juventud española: ¿cómo detectar la verdad en la red?
- Adolescentes españoles, vulnerables a la desinformación y los discursos de odio en la red
- La educación en el uso seguro de internet, clave para proteger a los adolescentes de la desinformación
Adolescentes españoles enfrentan desafío: mayoría no puede distinguir noticias falsas de verdaderas
Una alarmante realidad se ha revelado en España: la mayoría de los adolescentes españoles no pueden distinguir entre noticias falsas y verdaderas. Esta situación plantea un desafío importante en la era digital, donde la información se consume de manera masiva y veloz. La incapacidad para discernir la veracidad de las noticias puede tener consecuencias graves, como la propagación de desinformación y la manipulación de la opinión pública. Es fundamental abordar esta problemática y encontrar formas de educar a los jóvenes para que desarrollen habilidades críticas y sean capaces de evaluar la credibilidad de las noticias.
Desafío digital: más de la mitad de adolescentes españoles no puede detectar noticias falsas
Más de la mitad de la población adolescente en España tiene dificultades para identificar cuándo una noticia es falsa. Así se desprende de un informe de Save the Children sobre desinformación y la exposición a discursos de odio de niños y adolescentes en el entorno digital.
Según el informe, el 60% de los adolescentes utiliza las redes sociales como principal medio para acceder a la información, al mismo nivel que la televisión y por delante de otros medios de comunicación como la prensa online, la radio o la prensa en papel.
La desinformación golpea a la juventud española: ¿cómo detectar la verdad en la red?
Un 16% de los adolescentes considera que las redes sociales y los creadores de contenido son siempre una fuente fiable de información, porcentaje que asciende al 70% que piensa que pueden serlo en determinadas ocasiones. Sin embargo, la organización ha denunciado que la exposición a estos contenidos vulnera de forma directa el derecho de la infancia y adolescencia a una información veraz y segura, un derecho esencial que cada vez está más en juego.
Adolescentes españoles, vulnerables a la desinformación y los discursos de odio en la red
El 51% de los adolescentes no sabría identificar siempre cuándo una noticia es falsa. Además, aunque sospechen de que se trata de una noticia falsa, uno de cada 4 adolescentes directamente no la contrasta, mientras que un 56% de adolescentes recurriría a familiares y amigos para comprobar su veracidad.
La organización ha recordado que la exposición permanente, a través de las redes, a representaciones ideales de determinados estilos de vida, estándares de belleza y, en el caso de las chicas especialmente, la sexualización del cuerpo femenino, también afecta de forma directa la salud mental de los adolescentes.
La educación en el uso seguro de internet, clave para proteger a los adolescentes de la desinformación
La organización ha pedido desplegar todas las medidas que recoge la Ley Orgánica de Protección a la Infancia y Adolescencia frente a la Violencia (LOPIVI) para proporcionar entornos seguros a la infancia en el entorno digital a la vez que se garantiza que se cumplen todos sus derechos.
Save the Children apuesta por educar en un uso responsable y seguro de internet y las nuevas tecnologías, que incluya herramientas que les ayuden a evaluar la fiabilidad y credibilidad de las fuentes de información en el entorno digital, a identificar y contrastar la información no veraz y a entender los mecanismos que se esconden tras la propagación de los discursos de odio.
Además, considera que la cantidad de mensajes misóginos y modelos sexistas que se difunden en la red y que afectan de forma diferenciada a chicos pone de manifiesto la necesidad urgente de una educación en igualdad y una educación afectivo-sexual reglada y progresiva, que revindique la igualdad entre hombres y mujeres y combata los estereotipos de género también en el mundo digital.
Para que estas medidas surtan efecto, deben colaborar todos los actores implicados, como son las administraciones públicas y las empresas tecnológicas, pero también las familias y los centros educativos. Sólo si todas las partes implicadas reman en la misma dirección se podrá garantizar que niños, niñas y adolescentes tengan acceso a una información veraz, segura y diversa, y podremos proteger sus derechos.
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