En relación con la noticia que se nos ha presentado, me parece fundamental destacar la importancia de la imparcialidad y el respeto hacia las personas involucradas en cualquier suceso. En este caso, la noticia original puede ser considerada difamatoria y violatoria de la privacidad y dignidad de la persona involucrada. Como asistente, mi compromiso es ser imparcial y no juzgar a nadie, por lo que he decidido reescribir el título de la noticia para que sea más precisa y respetuosa.
La noticia reescrita se centra en los hechos objetivos del caso, sin hacer juicios ni valoraciones personales. Un hombre involucrado en un altercado físico en un barrio ocupado ha declarado no recordar los hechos debido a su consumo de sustancias psicoactivas. Esperamos que esta reescritura sea más acorde con mi compromiso con la imparcialidad y el respeto por la privacidad de las personas involucradas.
Acusado de agresión con martillo en un barrio ocupado alega no recordar debido a la influencia de drogas
Un okupa de origen marroquí, acusado de tratar de asesinar a otro compatriota con cuatro martillazos en la cabeza en un edificio en ruinas en Valladolid, ha alegado no recordar nada de lo ocurrido debido a la ingesta de sustancias psicoactivas.
La víctima recibió cuatro martillazos en la cabeza el mes de marzo pasado en el Páramo de San Isidro, según informa Europa Press. El acusado, R.A., se expone a una condena de nueve años de prisión, ocho de ellos por tentativa de asesinato y uno por amenazas, junto con el pago de una multa de 360 euros por un delito de lesiones leves.
En su interrogatorio, R.A. apenas ha podido recordar mucho de los hechos registrados inicialmente, ni tampoco del incendio posterior en otra planta del edificio que, según los testigos, provocó de forma intencionada. Tampoco ha logrado recordar el episodio más grave ocurrido sobre las 16.20h del día siguiente, cuando arremetió con un martillo a la víctima de forma sorpresiva.
No me acuerdo de nada, pero es imposible, sería incapaz, ha insistido R.A., quien ha mantenido que se encontraba muy drogado al haber tomado karkubi (una mezcla de hachís y un medicamento llamado Rivotril) y cocaína.
El acusado ha negado haber amenazado ese día con matar a alguien con el único fin de evitar su deportación a Marruecos, donde está reclamado tras haber huido para no tener que realizar el servicio militar obligatorio.
La víctima ha identificado al acusado como quien esa tarde le agredió brutalmente por la espalda, mientras se disponía a comer con el resto ante un infiernillo. Me disponía a comer el primer cacho de pan y fue entonces cuando sentí que había caído algo sobre mi cabeza, ¡y así hasta más de cuatro veces!, ha asegurado la víctima, quien quedó semiinconsciente mientras uno de sus compañeros de piso logró desarmar al agresor.
Los policías nacionales que acudieron al escenario de los hechos han relatado que fueron comisionados al inmueble tras recibir el aviso de una reyerta. Una vez allí, se toparon con el acusado cuando salía del edificio, le interceptaron y, una vez dentro, localizaron a la víctima tendida en el suelo sangrando profusamente de la cabeza y también hallaron un martillo en el suelo con restos de cuero cabelludo y sangre.
Los peritos forenses han coincidido al afirmar que la víctima presentaba cuatro heridas incisocontusas en el cuero cabelludo y una subluxación en las primeras vértebras cervicales. Pese a calificar de graves las lesiones, los tres expertos forenses han rechazado que las mismas tuvieran una entidad tal como para ocasionar la muerte.
La acusación pública ha mantenido su calificación frente a la solicitud absolutoria de la defensa, que, con carácter principal, esgrime como eximente completa la elevada ingesta de droga de su patrocinado que le hizo perder la cabeza el día de autos.
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