El ministro del Interior, Fernando Marlaska, sostiene que las críticas del Ejecutivo hacia los jueces son dentro del respeto y califica de salud democrática el debate entre el Poder Ejecutivo y el Judicial
En el marco de la tensión política entre el Poder Ejecutivo y el Poder Judicial, el ministro del Interior, Fernando Marlaska, ha manifestado que las críticas del Ejecutivo hacia los jueces se enmarcan dentro del respeto y la legitimidad democrática. De acuerdo con Marlaska, el debate entre ambos poderes del Estado es una demostración de la salud democrática de un país, donde se permite la discusión y el contraste de ideas. Esta postura del ministro busca calmar las aguas en el conflicto que enfrenta el Gobierno con la justicia, y dar una imagen de tranquilidad y estabilidad en el sistema democrático español.
Marlaska defiende críticas a jueces dentro del respeto como síntoma de salud democrática
Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior y juez en excedencia, defendió este martes que cualquier juez puede ser objeto de la crítica por parte de cualquier otro poder del Estado, siempre y cuando se produzcan dentro del parámetro del respeto. Según Marlaska, este tipo de críticas serían un síntoma de salud democrática.
El titular de Interior manifestó estas palabras durante una rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, en la que se ha alineado con la postura de varios ministros del Gobierno que han mostrado su oposición a distintas decisiones judiciales en los últimos días.
Pilar Alegría, ministra portavoz, acusó al juez Juan Carlos Peinado de pedalear en la nada en el curso de su investigación a Begoña Gómez, la mujer del presidente del Gobierno. Por su parte, el ministro de Transformación Digital, Óscar López, mostró su desacuerdo con la decisión de no amnistiar la malversación del procés, confirmada por la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo.
Marlaska considera que este tipo de disconformidad, si se produce en el marco de la educación institucional, es razonable entre los poderes del Estado. Incluso, al ministro le preocuparía que este tipo de comentarios no fueran factibles, ya se refieran a un juez o a una resolución judicial.
Estos comentarios se han instalado en el Poder Legislativo y Ejecutivo, sobre todo desde que el PSOE y Junts pactaron la ley de amnistía a cambio de la investidura de Pedro Sánchez tras el 23-J. El propio acuerdo que firmaron ambas formaciones incluía un término que encendió las alarmas en la judicatura: el lawfare.
Las asociaciones judiciales han reprochado que se hagan referencias a este término desde el Parlamento, con menciones expresas a jueces y causas concretas. La ley de amnistía prendió la mecha en el Congreso de los Diputados, y la investigación judicial a la esposa de Pedro Sánchez ha marcado un antes y un después en el relato de Moncloa, de forma que los ministros hablan sin tapujos de la prevaricación del juez Juan Carlos Peinado y el propio presidente del Gobierno se ha querellado contra el instructor.
En este contexto, Marlaska defiende que el debate entre el Ejecutivo y el Judicial es saludable para la democracia, siempre y cuando se produzca dentro del respeto mutuo y la institucionalidad.
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