En el campo de la neurología, un área que ha experimentado un crecimiento significativo en las últimas décadas, el Dr. Tito Toledo, destacado neurólogo, ha hecho un llamativo comentario sobre el tratamiento de la epilepsia. Según el experto, en solo 20 años se han desarrollado más terapias efectivas que en los dos siglos anteriores. Esta afirmación llama la atención sobre el ritmo acelerado de los avances en la medicina y la investigación, lo que ha permitido mejorar notablemente la calidad de vida de las personas que padecen esta condición. En este sentido, es importante analizar y comprender los detalles de este progreso, que puede tener un impacto significativo en la salud y el bienestar de la población.
Avances en el tratamiento de la epilepsia: más terapias efectivas en años
El Dr. Manuel Toledo, del Servicio de Neurología del Hospital Universitari Vall d'Hebron, Barcelona, destaca los avances en el tratamiento de la epilepsia refractaria, una enfermedad neurológica que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), es la segunda que más años de vida con discapacidad causa. En el X Congreso de la Sociedad Española de Epilepsia (SEEP), que se celebrará en Madrid del 3 al 5 de octubre, se abordará el manejo holístico del paciente con epilepsia refractaria, un enfoque integral que busca mejorar la calidad de vida de los pacientes y sus cuidadores.
El manejo holístico de la epilepsia refractaria: un enfoque integral para mejorar calidad de vida
El Dr. Toledo explica que el manejo holístico de la epilepsia refractaria implica velar por otros aspectos de la enfermedad que mejoren la calidad de vida del paciente y sus cuidadores, más allá del control de las crisis epilépticas. La disminución de cualquiera de nuestras facultades mentales disminuye la calidad de vida. Particularmente en epilepsia, la afectación psiquiátrica, que incluye depresión o alteración del comportamiento, pueden condicionar más la calidad de vida del paciente que las propias crisis epilépticas, destaca.
Avances en tratamiento de la epilepsia farmacorresistente: mejoras significativas en la calidad de vida de pacientes
El Dr. Toledo también destaca los avances recientes en el tratamiento de la epilepsia farmacorresistente, que han marcado la diferencia en la calidad de vida de los pacientes. En los últimos 20 años se han desarrollado más alternativas de tratamiento que en los dos siglos anteriores, derivado del conocimiento y desarrollo de avances médicos y tecnológicos, afirma. Además, la acción social liderada por las familias afectadas y la implicación de los responsables de la toma de decisiones han sido parte fundamental en las mejoras.
Para evaluar la evolución de los pacientes con epilepsia refractaria, los médicos no solo evalúan la eficacia y seguridad del tratamiento, sino que también valoran aspectos del estilo de vida, como la toma correcta de medicación, respetar los horarios de sueño, o levantar el estado de ánimo en los días grises.
La inclusión de las familias en el manejo holístico de los pacientes es crucial, ya que la colaboración de sus familias es fundamental en aspectos como la pérdida de memoria, la falta de concentración, las alteraciones del sueño y del comportamiento.
Los principales retos que enfrenta la comunidad médica para mejorar aún más la calidad de vida de los pacientes con epilepsia refractaria son la vinculación entre los ámbitos sanitarios, sociales y académico-laborales, para hacer que los pacientes con epilepsia y su entorno consigan una vida más plena.
La epilepsia refractaria implica la imposibilidad del control absoluto de las crisis con medicamentos.
La afectación psiquiátrica puede condicionar más la calidad de vida del paciente que las propias crisis epilépticas.
El diagnóstico precoz y el uso de fármacos específicos son clave para minimizar el impacto de la epilepsia en la calidad de vida de los pacientes.
La inclusión de las familias en el manejo holístico de los pacientes es crucial para mejorar los resultados en el tratamiento.
La vinculación entre los ámbitos sanitarios, sociales y académico-laborales es fundamental para mejorar la calidad de vida de los pacientes con epilepsia refractaria.
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