El Rosal, el restaurante que se aprovechó de la reforma de Alberto Chicote para despedirlo y quedarse con la propiedad
En un escándalo que ha generado gran conmoción en el mundo gastronómico, se ha descubierto que el restaurante El Rosal se aprovechó de la reforma realizada por el famoso chef Alberto Chicote para despedirlo y quedarse con la propiedad. La noticia ha generado un gran revuelo en los círculos culinarios, ya que se cree que los dueños del establecimiento utilizaron la reforma como una excusa para deshacerse del reconocido chef y tomar el control total del negocio. En este artículo, profundizaremos en los detalles de esta polémica situación y exploraremos las consecuencias que puede tener para la industria gastronómica.
La triste historia de El Rosal, un restaurante que se aprovechó de la reforma para despedir a Chicote y quedarse con el negocio
Las historias que esconden cada uno de los bares y restaurantes que recorre Alberto Chicote en las diferentes emisiones de Pesadilla en la cocina son de lo más variopintas. El objetivo del chef en el programa de La Sexta siempre es el mismo, revitalizar el negocio para que puedan superar las dificultades y salgan adelante.
Uno de los casos más conocidos es el restaurante El Rosal, que apareció en la sexta temporada. Está situado en la carretera que une la ciudad de Córdoba con Villaviciosa. La visita de Alberto Chicote marcó un antes y un después para el local.
Pedro y Mari Carmen, los dueños en ese momento, luchaban con problemas organizativos que impedían que el negocio fuera rentable. Junto a su hija, formaban una familia que ya había cerrado otro negocio por problemas económicos e incluso perdieron la casa, por lo que vivían en la planta de encima del local.
Entre las sugerencias del chef destacaban la creación de un ambiente más acogedor para optimizar el trabajo. Chicote ayudó a la familia a mejorar su organización y les dio varias claves profesionales para sobrevivir en el mundo de la restauración.
Pero todo esfuerzo del chef fue en vano, ya que la idea de los propietarios era otra. Apenas un año después de la visita de Chicote, lo traspasaron a un grupo de emprendedores que se lanzó con el proyecto de El Rosal 2.0.
Su idea era mantener viva la esencia de la comida casera, pero con un enfoque más moderno, aprovechando el tirón del restaurante gracias a su paso por Pesadilla en la cocina. La terraza se convirtió en uno de los principales atractivos del lugar, especialmente, donde funcionaba como un espacio chill out, con fiestas temáticas y actuaciones de música en directo que atrajeron a una clientela más joven.
Pero tampoco dieron con la clave del éxito y meses después el restaurante cambió nuevamente de dueño. El tercer y actual propietario, Toni García, sí ha conseguido afianzar El Rosal.
Se trata de un empresario local con experiencia en el sector que llegó con la idea de aprovechar la reforma del local para ganarse a la clientela de la zona. El local pasó a llamarse El Rosal Sierra, un nombre pensado para destacar el entorno natural en el que se localiza y su conexión con la cocina tradicional de la sierra cordobesa.
Platos como los calamares, las carnes a la brasa, y los guisos de carne de caza son los mejor valorados por los comensales. García no solo ha mantenido algunos de los cambios propuestos por el chef, sino que también ha añadido su propio toque personal.
Porque además, la terraza chill out ha aprovechado la chimenea que Chicote recomendó. Así ha logrado un ambiente cálido y familiar durante el invierno, mientras que en verano, la terraza se convierte en el lugar perfecto para relajarse y disfrutar de las vistas de la sierra.
Desde que tomara las riendas del local después de la pandemia, Toni García le ha dado una nueva vida a un negocio que estuvo en dos ocasiones al borde del fracaso. Ahora, El Rosal Sierra se ha consolidado como un referente en la zona.
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