La rentabilidad de la banca europea alcanza su punto álgido, según admite Campa
En un informe reciente, el presidente del Banco de España, Pablo Hernando de Campa, ha reconocido que la rentabilidad de la banca europea ha alcanzado su punto álgido. Esta declaración supone un giro positivo para el sector financiero europeo, que ha estado sometido a una fuerte presión en los últimos años. Según Campa, esta tendencia se debe a la mejora de la economía europea y a la estabilización de los mercados financieros. Esta noticia tiene un gran impacto en la confianza de los inversores y en la estabilidad del sistema financiero en su conjunto.
La rentabilidad de la banca europea alcanza su nivel más alto
El presidente de la Autoridad Bancaria Europea (EBA), José Manuel Campa, ha afirmado que la rentabilidad de la banca europea ha alcanzado su máxima cota en un entorno de cambios en los tipos de interés.
Según Campa, la rentabilidad sobre fondos propios del sector en Europa ha pasado del 2,7% en 2013 a un 10,9% actual, mientras que el ratio entre costes e ingresos ha descendido en siete puntos básicos, hasta el 56%. Los bancos de la Unión Europea podrían haber alcanzado su punto máximo de rentabilidad en un entorno de cambiantes tipos de interés, ha afirmado.
Rentaabilidad y solidez
El aumento de los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo desde mediados de 2022 para contener la escalada de la inflación, generada a raíz de la guerra en Ucrania, ha favorecido el incremento de los beneficios de los bancos tras una década de tipos bajos. Sin embargo, desde junio pasado el emisor europeo ha iniciado un recorte de los mismos que podría repercutir en su rentabilidad.
Campa subrayó que los niveles de capital de la banca europea son sólidos, con un ratio de capital de máxima calidad (Tier 1) del 16%, frente al 11% de hace una década, y que el ratio de préstamos fallidos ha pasado del 6,5% al 1,9%, un mínimo histórico.
Riesgos para el sector
A pesar de la rentabilidad y solidez del sector, Campa ha advertido de riesgos geopolíticos y cibernéticos que pueden afectar a la banca europea. En particular, ha destacado la ciberdelincuencia como una amenaza creciente, ya que turbulencias financieras, problemas económos, fragmentación global y ciberguerra pueden perturbar en cualquier momento.
Además, la EBA ve riesgos de crédito, en particular vulnerabilidades ligadas al sector inmobiliario y especialmente al sector inmobiliario comercial, así como ligados al aumento de la intermediación no bancaria, la llamada banca en la sombra, que genera preocupación por la exposición directa o indirecta que los bancos europeos puedan tener a ella.
Por último, Campa ha constatado que sigue siendo un reto la inversión en tecnología, en particular inversiones en innovación, ciberresiliencia y seguridad de los datos son necesarias para asegurar los modelos de negocio a medio plazo.
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