Tumorigenesis frenada: Vacuna bacteriana logra erradicar cáncer en ratones y prevenir metástasis, abre puertas a tratamientos más efectivos para la lu

En un avance médico revolucionario, un equipo de científicos ha desarrollado una vacuna bacteriana que ha demostrado ser capaz de erradicar el cáncer en ratones y prevenir la metástasis. Esta innovadora terapia abre las puertas a tratamientos más efectivos en la lucha contra el cáncer, una de las principales causas de muerte en todo el mundo. La tumorigenesis, proceso mediante el cual se forman tumores cancerosos, ha sido frenada en modelos de ratones, lo que sugiere un gran potencial para su aplicación en seres humanos. Esta noticia llena de esperanza puede ser el comienzo de una nueva era en la lucha contra el cáncer y abre nuevas perspectivas para la investigación y el desarrollo de terapias más efectivas contra esta enfermedad.

Vacuna bacteriana erradica cáncer en ratones y previene metástasis, abre puertas a tratamientos más efectivos

Vacuna bacteriana erradica cáncer en ratones y previene metástasis, abre puertas a tratamientos más efectivos

Un equipo de científicos de la Universidad de Columbia ha creado y probado en ratones una bacteria que enseña al sistema inmunitario a destruir las células cancerosas. Este descubrimiento abre la puerta a una nueva clase de vacunas personalizadas contra los tumores primarios y las metástasis que, incluso, puedan prevenir futuras reapariciones.

Células bacterianas artificiales activan varias partes del sistema inmunitario para atacar a las células tumorales. En las investigaciones realizadas con modelos de ratón de cáncer colorrectal avanzado y melanoma, la vacuna bacteriana logró suprimir el crecimiento de los cánceres primarios y metastásicos o, en muchos casos, eliminarlos sin afectar a las partes sanas del organismo.

La ventaja más importante de nuestro sistema es su capacidad única de reestructurar y activar coordinadamente todas las ramas del sistema inmunitario para inducir una respuesta inmunitaria antitumoral productiva. Creemos que esta es la razón por la que el sistema funciona tan bien en modelos de tumores sólidos avanzados que son particularmente difíciles de tratar con otras inmunoterapias, explica Andrew Redenti, estudiante de doctorado en la Universidad de Columbia.

Esta vacuna se personaliza para cada tumor, puesto que, como señalan los expertos, cada cáncer es único: las células tumorales albergan distintas mutaciones genéticas que las distinguen de las células sanas normales. Programando bacterias que dirijan el sistema inmunitario hacia estas mutaciones específicas del cáncer, podemos diseñar terapias más eficaces que estimulen el propio sistema inmunitario del paciente para que detecte y elimine sus células cancerosas, apunta Nicholas Arpaia, responsable de la investigación junto con Tal Danino.

Las bacterias se han usado contra el cáncer desde finales del siglo XIX, cuando el doctor William Coley, cirujano del Hospital de Nueva York, observó la regresión tumoral en un subgrupo de pacientes con tumores inoperables a los que inyectaron bacterias. Hoy en día, las bacterias se siguen empleando en pacientes con cáncer de vejiga en fase inicial.

Para crear la nueva bacteria, el equipo empleó parte de una cepa probiótica de la bacteria E. coli a la que introdujeron múltiples modificaciones genéticas. Con ello, controlaron con precisión el modo en que las bacterias interactúan con el sistema inmunitario y lo educan para inducir la destrucción del tumor.

Estas modificaciones genéticas también han sido diseñadas para bloquear la capacidad innata de las bacterias de evadir los ataques inmunitarios contra sí mismas. Esto significa que pueden ser fácilmente reconocidas y eliminadas por el sistema inmunitario y se suprimen de forma rápida del organismo si no encuentran el tumor.

Cuando se probaron en ratones, el equipo descubrió que estas vacunas bacterianas contra el cáncer intrincadamente programadas reclutan una amplia gama de células inmunitarias que atacan a las células tumorales. Y, al mismo tiempo, evitan respuestas que normalmente suprimirían los ataques inmunitarios dirigidos contra el tumor.

La vacuna bacteriana también redujo el crecimiento del cáncer cuando se administró a ratones antes de que desarrollaran tumores y evitó el rebrote en los roedores que se habían curado. Así, el estudio sugiere que la vacuna puede tener la capacidad de evitar que el cáncer reaparezca en pacientes que han experimentado una remisión.

En personas, el primer paso para crear estas vacunas microbianas sería secuenciar el cáncer del enfermo e identificar sus neoantígenos únicos. A continuación, las bacterias se diseñarían para producir grandes cantidades de los neoantígenos identificados e inocularlo en el paciente para tratar el tumor.

De esta manera, el sistema inmunitario se vería impulsado a eliminar las células cancerosas y prevenir la metástasis. Además, las vacunas están diseñadas para contrarrestar la capacidad del cáncer de mutar rápidamente y eludir el tratamiento.

Daniel Martín

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