Tardía y discreta, la economía naranja emerge como un nuevo sector en crecimiento

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Tardía y discreta, la economía naranja emerge como un nuevo sector en crecimiento

En un contexto económico caracterizado por la incertidumbre y la volatilidad, un nuevo sector ha comenzado a despuntar, llamando la atención de inversores y expertos por igual. La economía naranja, también conocida como la economía creativa, ha demostrado ser una fuente de crecimiento sostenible y prometedora, a pesar de haber sido durante mucho tiempo una industria emergente que ha desarrollado su potencial de manera tardía y discreta. En este sentido, es importante analizar las características y oportunidades que ofrece este sector, así como las razones que han llevado a su emergencia como una fuerza económica en auge.

La economía naranja: un sector en crecimiento que fusiona creatividad y tecnología

En una era digital como la actual, las industrias evolucionan con una gran rapidez con la finalidad de buscar innovación y productos únicos que sean capaces de marcar la diferencia y atraer a clientes potenciales. En este contexto, cobra importancia el concepto de economía naranja, que es la riqueza que se puede llegar a conseguir a partir de la creatividad y la cultura.

Definición de economía naranja

La economía naranja es, por tanto, el conjunto de actividades que transforman ideas y bienes y servicios de carácter intelectual y cultural. Su denominación surgió por la asociación tradicional del color naranja con la creatividad. Por este motivo, se entiende que son parte de ella todas las actividades que transforman el ingenio y originalidad en un bien o servicio que sea posible fomentar tanto el beneficio económico como el aspecto creativo y cultural.

Características de la economía naranja

Estas acciones habitualmente pertenecen a sectores vinculados con la investigación, el arte, la cultura, la ciencia o la tecnología. Algunas de las características de la economía naranja son aquellos productos y servicios que se relacionan con atributos únicos e intelectuales, siendo además un concepto ambiguo y puede que algo confuso por su gran amplitud dentro del mercado.

Esta aporta un valor agregado a cada servicio o producto, y además incentiva el desarrollo de la cultura y el intelecto. Por otro lado, conviene destacar que está respaldada en el uso de tecnologías digitales, encontrando grandes apoyos en la economía colaborativa.

Objetivos de la economía naranja

Objetivos de la economía naranja

La economía naranja nació con dos finalidades principales, por un lado, la de fomentar la transmisión del conocimiento y, por otro, profesionalizar la creatividad y la innovación mediante el desarrollo y extracción del potencial económico del sector creativo y cultural. Este último es especialmente importante, pues esta economía surgió ante la necesidad de impulsar la rentabilidad de obras creativas en sus diversas obras creativas.

Actividades que son parte de la economía naranja

En sus comienzos, el principal enfoque de la economía naranja estaba concebido pensando en la industria cultural y artística. Sin embargo, a medida que fue pasando el tiempo y ante la influencia de la tecnología en la sociedad, que fue a más, en las últimas décadas ha incorporado otros muchos sectores, como la robótica, las telecomunicaciones, la programación e incluso la creación de contenidos.

De esta forma, hoy en día se puede clasificar la economía naranja en dos grandes grupos. Uno de ellos es la industria cultural, que abarca todo lo relacionado con la arquitectura, la publicidad, el diseño, el arte, el entretenimiento, la gastronomía, etcétera; y por otro, la economía del conocimiento, que incluye la investigación y desarrollo, robótica, telecomunicaciones, educación, industria aeroespacial, nanotecnología…

Al mismo tiempo, las actividades que son parte de cada una de ellas se pueden dividir en cuatro secciones: industrias culturales convencionales (audiovisual, musical, editorial…); nuevos medios y software (industrias del diseño, publicidad, moda, agencias de noticias y otros servicios de información); artes y patrimonio (artes escénicas, visuales y espectáculos, turismo, patrimonio cultural material e inmaterial, y la educación cultural y artística); áreas de soporte para la creatividad, donde se incluyen todas aquellas que se encuentran relacionados con la investigación, desarrollo e innovación (I+D+i) creativa y cultural, la formación técnica especializada, la educación creativa, la gobernanza y los derechos de propiedad intelectual.

De esta forma, la economía naranja ha ido creciendo hasta ser parte del desarrollo cultural de cualquier entorno y país, por lo que ha pasado a ser un tema que se estudia de una forma amplia en el ámbito de la microeconomía.

Daniel Martín

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