El Banco de España exige un mayor compromiso de la banca en la lucha contra el cambio climático

El Banco de España exige un mayor compromiso de la banca en la lucha contra el cambio climático

En un llamado a la acción, el Banco de España ha instado a la banca española a tomar medidas más contundentes en la lucha contra el cambio climático. Según el organismo regulador, la industria financiera debe asumir un papel más activo en la mitigación de los efectos del calentamiento global. El Banco de España considera que la banca debe reducir su huella de carbono y promover prácticas sostenibles en sus operaciones y servicios. Esta medida se suma a los esfuerzos internacionales para fomentar la financiación sostenible y apoyar la transición hacia una economía más verde.

El Banco de España exige a la banca un mayor compromiso en la lucha contra el cambio climático

El Banco de España ha lanzado un llamado a la banca para que incremente su esfuerzo en la lucha contra el cambio climático y la transición hacia una economía más sostenible. Según la directora general de Supervisión del Banco de España, Mercedes Olano, la concienciación de las entidades financieras sobre este tema es mayor que hace un año, pero es necesario incrementar el esfuerzo para aumentar la resistencia del sistema financiero ante los riesgos climáticos.

Olano ha destacado la importancia de que las entidades financieras incorporen los riesgos climáticos y medioambientales en su estrategia de negocio y los marcos de gobernanza y de gestión de riesgos. Sin embargo, los supervisores son conscientes de la escasez de datos de calidad para evaluar los riesgos climáticos.

En este sentido, la entrada en vigor de la directiva sobre presentación de información sobre sostenibilidad (CSRD) es esperanzadora para facilitar la obtención de información sobre los clientes. Además, la prueba de resistencia climática llevada a cabo por los supervisores reveló que el 60% de las entidades no contaba con marcos sólidos de pruebas de resistencia sobre riesgo climático, ni disponían de suficientes datos sobre este.

La mayoría de las entidades no incluían este riesgo en sus modelos de riesgo de crédito, y solo el 20% lo tenía en cuenta como variable en la concesión de préstamos. En términos agregados, casi dos tercios de los ingresos de las entidades obtenidos de clientes empresariales procedía de sectores intensivos en emisiones de gases de efecto invernadero, concentrados además en un número reducido de empresas de gran tamaño.

Para resolver esta situación, el Banco Central Europeo (BCE) comunicó de manera individualizada a cada entidad sus principales deficiencias y fijó unos plazos específicos para subsanarlas. El supervisor está llevando a cabo el seguimiento específico del cumplimiento de las exigencias fijadas para finales de 2023 y el proceso de revisión se extenderá durante 2025.

Uno de los objetivos estratégicos del BCE es que las entidades cumplan íntegramente sus expectativas supervisoras a finales de 2024. Además, ha explicado Olano, dado el carácter prioritario de los riesgos climáticos y medioambientales, en 2023 el BCE llevó a cabo otras actividades supervisoras, entre ellas inspecciones in situ sobre estos riesgos a varias entidades significativas.