- Repsol aboga por una transición energética que garantice la competitividad de Europa
- Repsol aboga por una transición energética que garantice la competitividad de Europa
- Grandes palabras, pero no pasa nada
- Una dosis de pragmatismo
- La caída de la industria europea
- El dominio de China
- La 'Net Zero', un paso más
Repsol aboga por una transición energética que garantice la competitividad de Europa
En el marco de la transición energética, Repsol hace un llamado a la unión europea para implementar medidas que garanticen la competitividad del continente. La empresa española de energía considera que la descarbonización de la economía es fundamental para el futuro de Europa, pero advierte que esta transición debe ser realista y sostenible, evitando medidas que puedan afectar la competitividad industrial y el crecimiento económico. Repsol propone una serie de medidas para alcanzar este objetivo, como la inversión en tecnologías limpias, la eficiencia energética y la promoción de fuentes de energía renovable.
Repsol aboga por una transición energética que garantice la competitividad de Europa
Antonio Brufau, presidente de Repsol, se ha mostrado optimista con el nuevo mandato de la Comisión Europea y la posibilidad de avanzar hacia una transición energética e industrial que garantice la competitividad de Europa.
Durante su intervención en el foro organizado por la Fundación Corell y El Economista, el directivo ha asegurado no ser negativo, pero matiza que es necesaria una dosis de pragmatismo y ha reclamado a Europa ser más realistas en cuanto a las iniciativas de sostenibilidad.
Grandes palabras, pero no pasa nada
Sobre las promesas que se lanzan en las convenciones anuales sobre cambio climático, ha añadido que son grandes palabras, pero nunca pasa nada. Brufau anima a la Unión Europea a liderar la transición ecológica y decidir si quiere ser una subregión de un continente llamado 'Euroasia' o situarse al nivel de Estados Unidos y China, en una posición protagonista a nivel mundial.
Una dosis de pragmatismo
A pesar de que el Viejo Continente esté más en la subregión que en la región, el presidente de la energética española ha celebrado que, por primera vez, reconozca en público que está perdiendo competitividad cuando habla de la necesidad de reindustrializarse.
Esta actitud abre una puerta a la esperanza porque la Unión Europea está admitiendo lo que tenía que haber empezado a reconocer hace tiempo, ya que es evidente que la industria, motor esencial de la prosperidad y del bienestar de la región, ha sido el gran abandonado, ha opinado.
La caída de la industria europea
Brufau ha achacado la caída del peso de la industria europea a la regulación excesiva, compleja y pesada de Bruselas, de tendencia prohibicionista, que obvia las necesidades de las industrias y los ciudadanos, cuando en EEUU, por ejemplo, se deja a estos que decidan cómo quieren descarbonizarse.
Otra problemática es que Europa ha priorizado tanto la sostenibilidad, entendida como la reducción de emisiones a la atmósfera, que ha perdido el foco de la seguridad de suministro y de los costes energéticos.
El dominio de China
También ha alertado del dominio de China, que no es de ahora, lleva 30 años comprando materias primas y dominando tecnologías porque sabía que se entraría en la dinámica de la nueva económica.
Frente a ello, EEUU ha reaccionado prohibiendo todo lo prohibible en importaciones del gigante asiático y con medidas que tratan de velar por la producción realizada en el país. Eso significa pragmatismo, realismo, y aquí nos ha faltado un poquito de esto, ha lamentado el presidente de Repsol.
La 'Net Zero', un paso más
Mención especial ha dedicado a la nueva Ley de Industria 'Net Zero', un texto que, además de incorporar tecnologías como baterías, almacenaje, bomba de calor o geotermia, ya esperadas, incluye otras como la fisión y los fueles alternativos.
Al respecto, Brufau cree que la ley rompe el dogmatismo que arrastraba la política comunitaria, la cual tenía un eje básico, que todo lo de Europa tenía que pivotar en torno a la electricidad, obviándose tecnologías.
De ahí que contemple como un paso muy importante asumir que la industria, de forma inédita, es un catalizador del cambio climático si se siente incentivada.
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