El solitario de la cordillera: vive entre osos y aislado en la naturaleza, sin ver a otro ser humano en más de 30 años
En un lugar remoto de la cordillera, un hombre ha elegido una vida de aislamiento total, rodeado de osos y de la naturaleza salvaje, sin ver a otro ser humano en más de 30 años. Esta increíble historia de supervivencia y soledad nos lleva a cuestionarnos sobre la condición humana y la necesidad de conexión social. ¿Cómo es posible que alguien pueda vivir sin la interacción con otros seres humanos durante tanto tiempo? ¿Qué lo llevó a tomar esta decisión y cómo ha logrado sobrevivir en un entorno tan hostil? En las siguientes líneas, descubriremos la historia de este solitario de la cordillera, un hombre que ha optado por una vida fuera de la sociedad.
La vida de aislamiento: Samuil, el hombre que vive rodeado de osos en el bosque
Samuil, un hombre de 67 años, es considerado como la persona más aislada del mundo. Vive desde hace 20 años en una cabaña en medio del bosque, en Siberia, a cinco horas del ser humano más cercano y rodeado de osos y lobos.
Este hombre extraordinario ha construido una cabaña de madera en lo profundo del corazón del gélido bosque de Yakutsk, donde vive con la única compañía de sus perros. Las tareas cotidianas, como ducharse, las realiza con agua helada al aire libre, en la nieve.
La búsqueda constante de comida y la lectura de revistas viejas son la única fuente de entretenimiento de Samuil, mientras pasa sus días felizmente solo. También recoge leña, escucha la radio y cocina. Para ganar algo de dinero para abastecerse de comida, entretenimiento y recursos vitales, Samuil vende escobas en Yakutsk.
Para llegar a esta ciudad, se ve obligado a caminar durante cinco horas. Una perturbación diaria a la que se enfrenta Samuil es la amenaza de los osos. He visto muchos osos pasar por mi casa. Están dando vueltas por fuera. Mis perros siempre están ladrando. Gracias a Dios que no entran porque pueden ser muy peligrosos. Pero a ellos no les importo, somos como vecinos, dice.
El interior de su cabaña está forrado con lonas, mantas y láminas de hojalata para mantenerla lo más cálida posible. Además, tiene su propio congelador sin necesidad de electricidad. Oculto en las tablas del suelo de una segunda choza casera hay un congelador subterráneo lleno de sacos gigantes de carne.
Samuil cortó el hielo debajo del suelo para formar un agujero de tamaño perfecto antes de colocar la choza encima. La mayor parte de su comida proviene de sus viajes regulares al lago cercano, donde se ha convertido en un experto en la pesca junto a su cachorro. La liebre también está en el menú la mayoría de las semanas.
Además de las revistas que compra en Yakutsk, las únicas pertenencias que posee son los artículos más básicos y necesarios, como linternas, gafas, ropa y un práctico repelente de mosquitos para los meses de verano.
Samuil ha logrado adaptarse a este estilo de vida extremadamente aislado, y parece haber encontrado una forma de felicidad en su soledad. A pesar de las dificultades y peligros que enfrenta diariamente, ha aprendido a vivir en armonía con la naturaleza y a disfrutar de la paz y la tranquilidad que le brinda su entorno.
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