La acometida de la campaña de Trump pone en tela de juicio el futuro del coche eléctrico en Estados Unidos

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La acometida de la campaña de Trump pone en tela de juicio el futuro del coche eléctrico en Estados Unidos

La política ambiental del gobierno de Donald Trump ha generado un clima de incertidumbre en torno al futuro del coche eléctrico en Estados Unidos. La revocación de las normas de emisiones establecidas por la administración anterior y la reducción de incentivos fiscales para la compra de vehículos eléctricos han llevado a muchos a cuestionarse si el país será capaz de alcanzar sus objetivos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero. La industria automotriz, que había invertido miles de millones de dólares en la producción de coches eléctricos, se encuentra ahora en una situación de inestabilidad, lo que pone en peligro la transición energética en el país.

El futuro del coche eléctrico en EEUU pone en jaque la campaña de Trump

El impulso de la campaña de Trump pone en jaque al coche eléctrico en Estados Unidos. El mercado descuenta que el intento de asesinato contra Donald Trump ha reforzado la candidatura del expresidente para hacer realidad su regreso a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre.

La ya histórica imagen del candidato republicano con el puño erguido y el rostro ensangrentado ha espoleado los activos de Trump Media, de la que posee el 65% del accionariado, disparando sus acciones en Wall Street en la sesión de este lunes. Un hito, al que se presta especial atención sobre uno de los principales actores de la industria estadounidense: el automóvil.

El sector automotriz en alerta

El sector automotriz en alerta

A medida que el regreso al poder del magnate coge fuerza en el mercado, el sector automotriz eleva su preocupación sobre el impacto que el resultado de las elecciones puede tener, en especial, sobre el futuro de las ventas de coches eléctricos. Ya que, entre sus promesas electorales, Trump ha hecho énfasis en su deseo de revertir decenas de normas y políticas medioambientales y poner fin al mandato de su rival en las urnas, Joe Biden, sobre los coches eléctricos.

Ante esta coyuntura, los analistas auguran que la reelección del candidato demócrata en la presidencia mantendría los incentivos fiscales federales que animan a los conductores a dar el salto al coche eléctrico con ayudas de hasta 7.500 dólares (6.800 euros, al cambio) para la compra de vehículos nuevos, al abrigo de la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) que puso en marcha el actual presidente en 2022.

Un escenario opuesto vislumbran si se materializa el relevo en el poder: Las ayudas a la compra de coches eléctricos podrían ser eliminadas o reemplazadas por un programa proteccionista a favor de los fabricantes de automóviles tradicionales como Ford, General Motors y Stellantis, recoge un informe reciente de Bloomberg Intelligence.

Ventas de vehículos eléctricos en crecimiento

En paralelo a la batalla electoral, las ventas de vehículos eléctricos siguen creciendo en Estados Unidos, con casi 600.000 unidades entregadas en el primer semestre de 2024, un 7% más que en el período comparable de 2023, según los datos de Cox Automotive. Sin embargo, el ritmo de las ventas parece ser insuficiente para alcanzar el ambicioso objetivo que Biden ha trazado para los coches eléctricos: alcanzar dos tercios de las matriculaciones en 2032, en contraste con el 7,5% que ocuparon en 2023.

La batalla comercial con China

Desde otro prisma, el resultado de las elecciones también repercutirá en la batalla comercial que Trump desató con China imponiendo un gravamen del 25% a los coches eléctricos chinos que entren al país, y que Biden intensificó multiplicando por cuatro los aranceles, hasta el 100%, para la importación vehículos eléctricos con la etiqueta del gigante asiático. No obstante, la apuesta del candidato republicano pasa ahora por doblar las tarifas actuales para entrada de cualquier vehículo procedente del extranjero.

El 'volantazo' político de Musk

Para el equipo de análisis de Bloomberg, las elecciones pueden catalizar la regulación industrial afectando, además de los fabricantes, a otros actores como los proveedores de infraestructura como Eaton o General Electric, así como los fabricantes de chips como Infineon, NXP y STMicroelectronics. No obstante, apuntan que esta última firma puede salir mejor parada con la victoria de Trump debido a su alta exposición a Tesla, que podría enfrentar menos competencia bajo su presidencia.

Los expertos consideran que un segundo mandato de Trump, con el consiguiente endurecimiento de aranceles a las importaciones chinas, puede ayudar a Tesla a mantener su incontestable dominio en el mercado estadounidense de vehículos eléctricos. En este escenario, el CEO del fabricante, Elon Musk, se ha afianzado esta campaña como un fiel seguidor de Trump, consolidando así su giro político tras confesar que anteriormente apoyó a los candidatos demócratas Hillary Clinton y el propio Biden.

Daniel Martín

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