Abandono las tradicionales rutas laborales: trabajadores de más de 45 años buscan actualizarse a través de la educación no reglada

Abandono las tradicionales rutas laborales: trabajadores de más de 45 años buscan actualizarse a través de la educación no reglada

En la actualidad, el mercado laboral está experimentando un cambio significativo. Cada vez más, trabajadores de más de 45 años están abandonando las tradicionales rutas laborales y optando por actualizarse a través de la educación no reglada. Esta tendencia se debe, en gran medida, a la necesidad de adaptarse a los cambios tecnológicos y de mercado que están revolucionando various sectores industriales. Ante esta situación, la educación no reglada se presenta como una opción atractiva para aquellos que buscan mejorar sus habilidades y competencias y así mantenerse competitivos en el mercado laboral. En este sentido, es fundamental analizar las razones detrás de esta tendencia y explorar las oportunidades que ofrece la educación no reglada para los trabajadores que buscan reinventarse profesionalmente.

La educación no reglada, clave para el éxito laboral en la era digital

La disyuntiva entre trabajar y estudiar ha quedado obsoleta. Más de cuatro millones de trabajadores estaban realizando un curso formativo en el segundo trimestre del año, según la Encuesta de Población Activa, lo que supone la cifra más alta desde que hay registros (2005). Algo más de la mitad ya contaban con estudios superiores antes de iniciar la formación, por lo que 2.078.000 ocupados escogieron certificaciones no regladas con las que adquirir nuevas competencias o llevar a cabo una especialización, frente a los 612.300 que teniendo este nivel eligieron la regulada por el Ministerio de Educación y Formación Profesional.

Los trabajadores de más de 45 años, mayoría en la formación no reglada

Los mayores de 45 años son mayoría dentro de esta categoría, si bien el interés por formarse a lo largo de la carrera profesional se aprecia ya en todas las franjas de edad para responder a las demandas de 'upskilling' y 'reskilling' del mercado laboral (nuevas habilidades para desarrollar un nuevo puesto de trabajo o mejorar en el cargo actual). Prueba de ello es que había 224.000 jóvenes con edades comprendidas entre los 25 y los 29 años que estaban realizando un curso de formación, un volumen similar a los 240.800 con entre 35 y 39 años y que crece hasta superar los 300.000 con la entrada en la cuarentena hasta el momento de la jubilación.

El avance ha sido significativo en todos los grupos de edad si se compara con el período de abril a junio de 2019, el año antes de la pandemia, en el que apenas 2,4 millones de ocupados se formaban en sentido amplio y 1,4 millones de ocupados asistían a cursos no reglados (de los que 1,1 tenían estudios superiores). La introducción de nuevas tecnologías como la inteligencia artificial o el coronavirus, que llevó a muchas personas a repensar su carrera profesional y buscar una mayor flexibilidad, están detrás de estos datos; si bien los trabajadores sénior también buscarían evitar una salida temprana del mercado laboral por no estar actualizados.

El 'edadismo' en el ámbito laboral

En los últimos años, ha ganado protagonismo el término 'edadismo' en el ámbito laboral, el cual hace referencia a la discriminación que sufrirían estos trabajadores sobre los que algunas empresas tienen prejuicios y a los que atribuyen, por ejemplo, un menor dominio de los medios digitales o nuevos conceptos. No obstante, también hay compañías que ven a los trabajadores de más de 50 años como una oportunidad en su estrategia de retención de talento, ya que es habitual que los más jóvenes cambien de oficina cada pocos años y este proceso se ha acelerado tras la pandemia.

La formación, vía para potenciar el desempeño de los trabajadores

Desde las patronales y en concreto, en CEOE también se ha apuntado a la formación como la vía por excelencia para potenciar el desempeño de los trabajadores, responder a la falta de mano de obra y reducir el paro de larga duración, que se concentra en las franjas de edad más próximas al acceso a la jubilación (65 años si se cumplen los requisitos de jubilación o 66 años y seis meses). La escasez de candidatos está en el centro de las preocupaciones de las empresas, según ha apuntado el Banco de España y los barómetros de Adecco e Infoempleo, por lo que formatos como el de las microacreditaciones han emergido con fuerza en los últimos años y están siendo impulsados por instituciones como la Unión Europea.

La consultora HAYS apuntaba en su informe 'Guía Hays 2024' que esta falta de habilidades entre los profesionales preocupaba a la hora de llevar a cabo nuevas incorporaciones, dado que el 80% de las compañías decían contar con el talento que necesitarían a lo largo del año. Así, un 87% de las empresas aseguraban haber tomado medidas para hacer frente a esta situación y un 35% situaba la formación entre las inversiones prioritarias para el año en curso. En cambio, cuatro de cada diez trabajadores dijeron que su empresa no tenía ninguna de estas políticas, siendo los cursos de 'mentoring', de certificación y de formación -presencial u online- los más habituales donde sí los habían implementado.

La formación no es exclusiva de los trabajadores asalariados

No obstante, estas necesidades o inquietudes no son exclusivas de los trabajadores asalariados, como han puesto en evidencia los diferentes barómetros realizados por ATA -integrada en CEOE-. De acuerdo con los datos de julio, el 49% de los trabajadores por cuenta propia han realizado algún curso en los últimos tres años con el objetivo de que su negocio sea más competitivo. Para ello, la mitad se decantaron por itinerarios propios de su sector, un cuarto adquirieron competencias sobre digitalización y una minoría se formó en gestión empresarial.