¡Acepta con cuidado! Lo que debes saber antes de firmar un contrato de verano

¡Acepta con cuidado! Lo que debes saber antes de firmar un contrato de verano

Antes de firmar cualquier contrato de verano, es fundamental que estés informado sobre los términos y condiciones que se te presentan. Un contrato de verano puede parecer una oportunidad emocionante para disfrutar del sol y la playa mientras ganas dinero, pero no te dejes llevar por la emoción. Es importante que conozcas tus derechos y obligaciones como trabajador temporal, así como las responsabilidades de tu empleador. En este artículo, te brindaremos valiosos consejos y recomendaciones clave para que puedas tomar una decisión informada y evitar posibles problemas en el futuro.

Contratos de verano: Conoce tus derechos antes de firmar

Con la llegada del verano en España, muchas empresas necesitan formalizar contratos de verano para cubrir los huecos que dejan sus empleados, así como contratar a más trabajadores para responder a la demanda de los clientes, especialmente en el sector hostelero.

Este período estival es uno de los mejores momentos del año para encontrar empleo en España, aunque en la mayoría de los casos los contratos de verano son temporales y llegan a su fin una vez finalizado el mes de agosto.

Tipos de contratos de verano

El contrato de circunstancias de la producción es el único que se puede usar para cubrir las vacaciones y los trabajos de verano, teniendo la característica de que su duración no puede superar los 6 meses, aunque por convenio colectivo se podrá ampliar hasta un máximo de 12 meses.

Este contrato solo se puede usar cuando la empresa pueda justificar la causa de la temporalidad y la duración prevista, recogiendo la legislación vigente dos escenarios bajo los que es posible recurrir al mismo:

• Contrato para circunstancias ocasionales y previsibles, que es la causa habitual para las vacaciones de verano, estableciendo la ley un máximo de 90 días, aunque estos no deben ser consecutivos;
• Contrato para circunstancias ocasionales e imprevisibles, que se deja para circunstancias no previsibles, como cuando la carga de trabajo de la empresa aumenta de forma temporal y genera un desequilibrio entre el empleo estable dispuesto y el que se requiere, en este caso con una duración máxima de 6 meses (y ampliable a 12).

Consideraciones a tener en cuenta antes de aceptar un contrato de verano

A pesar de tener una corta duración, los contratos de verano proporcionan los mismos derechos que los contratos indefinidos, pero adaptados al tiempo trabajado, lo que implica que se tiene derecho a:

• Vacaciones, aunque lo más usual es que no se disfruten en días sin trabajo, sino que sean abonadas en el finiquito una vez alcanzado el final del contrato;
• Pagas extraordinarias, que también se abonan en el finiquito;
• Indemnización por despido, que equivale a lo que corresponda por 12 días de salario por año trabajado, pudiendo acceder al paro y cobrar la prestación por desempleo.

Es importante tener en cuenta que es habitual que en los contratos de verano se den algunas irregularidades, como:

• No se puede encontrarse bajo este modelo durante más de 18 meses, aunque estos no sean consecutivos, mediante dos o más contratos por circunstancias de producción si la empleadora es la misma empresa, caso en el que pasaría a ser considerado un contrato indefinido;
• La causa de la temporalidad del contrato no está debidamente justificada, en cuyo caso el empleado tendrá que efectuar una reclamación judicial.

Es fundamental que antes de aceptar un contrato de verano, se tenga en cuenta todos estos aspectos para evitar problemas y disfrutar de los derechos que corresponden.