Adoptar un perro adulto en una casa con niños: ¡primera clase, paciencia y amor! No hay que forzarles a adaptarse

Adoptar un perro adulto en una casa con niños: ¡primera clase, paciencia y amor! No hay que forzarles a adaptarse

La adopción de un perro adulto en una familia con niños puede ser una experiencia emocionalmente enriquecedora para todos los miembros de la familia. Sin embargo, es fundamental tener en cuenta que la adaptación no es instantánea, y que se requiere paciencia y amor para que tanto el perro como los niños se sientan cómodos y seguros en su nuevo entorno. Es importante recordar que no hay que forzarles a adaptarse, sino más bien crear un ambiente propicio para que la relación entre el perro y los niños se desarrolle de manera natural y armoniosa. En este artículo, exploraremos las claves para lograr una integración exitosa y feliz de un perro adulto en una familia con niños.

Adoptar un perro adulto con niños: ¡primera clase, paciencia y amor!

La decisión de adoptar un perro debe ser premeditada y consensuada con todos los miembros de la familia, incluidos los más pequeños de la casa (a partir de cierta edad), ya que se trata de un ser vivo que siente y que necesitará unos cuidados por parte de todos los integrantes del hogar.

La llegada de un perro a casa siempre es un momento importante, tanto a nivel individual como familiar, no obstante, es importante conocer unos mínimos sobre lenguaje canino y estar preparado para ese momento, especialmente si hay niños en casa, ya que la convivencia puede complicarse si no se hacen las cosas bien.

La convivencia perfecta: consejos para que tu perro se adapte con éxito a tu familia

Según Tamara Hernán, educadora canina y especialista en convivencia multiespecie, una buena presentación y adaptación los primeros días te ayudará a que el resto de la convivencia sea más fácil. También evitará posibles sustos y miedos que se pueden desarrollar si no tienes en cuenta algunos aspectos importantes, añade.

Adoptar un perro con niños en casa es uno de los recuerdos que más recordaréis en el futuro. Es importante buscar el mejor momento y prepararse para ellos. Si nuestra vida es muy estresante y ocupada, un perro puede mejorar algunos aspectos emocionales pero no va a traer tiempo debajo de la pata.

Un perro en casa con niños: ¿cómo hacer que sea un éxito?

La especialista en crianza multiespecie considera que aprovechar un periodo de vacaciones de diez a quince días es muy buena opción para poder supervisar y adaptarse a esta nueva convivencia. Lo primero que vamos a hacer es crear el ambiente perfecto para la llegada del nuevo miembro de la familia.

Es positivo jugar con nuestro peque a cambiar el rol y dejarle ser el adulto, el perro y él mismo. También es importante involucrarle en la preparación de la casa, ir a comprar juntos los cuencos de la comida, el collar, los juguetes, elegir juntos dónde colocar su camita.

Paciencia y amor: consejos para que tu perro y tus hijos se conviertan en un equipo perfecto

Cada uno de los miembros de tu familia (incluido tu perro) tiene un carácter diferente, por lo que acoplarse, entenderse y aprender a convivir en el día a día necesitará tiempo, paciencia y mucho cariño.

Para lograr esto, la especialista en crianza multiespecie resalta diez puntos fundamentales y que no pueden fallar durante los primeros días tras la llegada del perro a casa, destacando la paciencia a la hora de respetar los tiempos, la calma y una supervisión plena a la hora de acompañar al animal y, también, a los más peques de casa, entre otros.

Es muy importante acompañar a los peques en el proceso de relacionarse con el perro (si se puede, antes de su llegada) pero también debemos educar a nuestro perro a que no haga daño a nuestro hijo sin darse cuenta.

Los primeros días vamos a planear actividades más calmadas como lectura, caricias o juegos en el sitio, así evitaremos sobre estimular o asustar al perro. Es importante no agobiar al perro, sea cachorro o adulto.

Por último, la experta menciona los límites adaptados. Con peques menores de siete años puede ser complicado conseguir frenar el entusiasmo por su nuevo compañero, así que debemos buscar estrategias educativas respetuosas adaptadas a su cognición y capacidades, explica. Poner límites no es malo y se puede hacer de muchas formas, incluso a modo de juego.