Agentes de la Marina solicitan 21 años de prisión para los activistas de Greenpeace que les atacaron con lanchas en el mar
En un sorprendente y controversial desarrollo, los agentes de la Marina han solicitado una condena de 21 años de prisión para los activistas de Greenpeace que participaron en una acción directa en alta mar. Según los fiscales, los activistas pusieron en riesgo la seguridad de los miembros de la Marina cuando utilizaron lanchas rápidas para interceptar un buque que transportaba combustible fósil. La solicitud de condena es considerada excesiva por muchos, ya que los activistas argumentan que su acción era una protesta pacífica contra la contaminación ambiental. El caso ha generado un intenso debate sobre la libertad de expresión y el activismo ambiental.
Agentes de la Marina piden 21 años de prisión por protesta de Greenpeace en el mar
La Guardia Urbana de Barcelona (GUB) ha presentado una acusación contra dos activistas de Greenpeace que participaron en una protesta en el mar, pidiendo 21 años de prisión por intento de homicidio.
Los dos agentes, que a raíz de estos hechos han perdido la condición de policías y han sido reconocidos con invalidez absoluta y total, atribuyen a los acusados los delitos de tentativa de homicidio, lesiones, atentado a la autoridad y desórdenes.
En su escrito, los agentes piden sendas indemnizaciones de 420.967 y 172.048 euros, y comparan el caso con el de la narcolancha de Barbate, en el que murieron dos agentes de la Guardia Civil.
Los hechos
El 18 de junio de 2021, los dos agentes, a bordo de la embarcación policial 'Guaita', vieron a dos embarcaciones en las que se desplegaban pancartas de Greenpeace en las aguas costeras de Barcelona.
Los agentes se dirigieron hacia ambas embarcaciones activando las luces y haciendo sonar los silbatos para que parasen la navegación y recogieran las pancartas, pero los activistas desplegaron otras más pequeñas y comenzaron a dar vueltas alrededor de la policial.
Posteriormente, ambas embarcaciones de la protesta de Greenpeace salieron navegando a toda velocidad, lo que inició una persecución en la que las lanchas de los acusados hicieron maniobras para acometer a los policías.
Según el auto del juez, los agentes se vieron obligados a virar su rumbo y pusieron en peligro la integridad física de los agentes, dos de los cuales se les acabó concediendo la invalidez y un tercero resultó herido aunque no tuvo secuelas.
La acusación
En su escrito de acusación, los dos agentes resaltan que los activistas se aprovecharon de la superioridad de sus embarcaciones y su mejor capacitación como pilotos para intentar colisionar con ellos.
La acusación se basa, entre otros elementos, en las grabaciones de la emisora policial, en las que se les oye dirigirse a la central con frases como han intentado matarnos. Si nuestro patrón no modifica el rumbo, hubiéramos tenido un grave accidente, con el fin último de intentar zafarse de la acción policial o han intentado atentar de forma clara y expresa.
Querella contra la autoridad
Paralelamente, los agentes han interpuesto en los juzgados de Barcelona una querella contra el teniente de alcalde de seguridad, Albert Batlle, y varios mandos de la Urbana, por los delitos contra los derechos de los trabajadores y de lesiones por omisión.
Alegan que tuvieron que intervenir debido a una brecha de seguridad ante la protesta de Greenpeace sin la formación y los medios materiales necesarios.
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