¿Cómo podemos edificar un mañana más sostenible y justiciero?

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¿Cómo podemos edificar un mañana más sostenible y justiciero?

En un mundo donde la sostenibilidad y la justicia se han convertido en temas de gran importancia, es fundamental reflexionar sobre el camino que debemos seguir para construir un futuro más próspero y equitativo para todas las generaciones. La degradación del medio ambiente, la desigualdad económica y la falta de acceso a los recursos básicos son solo algunos de los desafíos que enfrentamos en la actualidad. Sin embargo, también tenemos la oportunidad de transformar nuestros patrones de consumo, promover la innovación sostenible y fomentar la igualdad de oportunidades. En este sentido, es crucial que nos preguntemos ¿cómo podemos edificar un mañana más sostenible y justiciero?, y busquemos soluciones efectivas para lograr un mundo más justo y equilibrado.

Construir un mañana más sostenible: la clave está en la infraestructura

En el proceso de construir, es fundamental tener en cuenta una variedad de aspectos para lograr un efecto positivo. Las infraestructuras juegan un papel crucial en la prestación de servicios esenciales a la ciudadanía, como carreteras, puertos, torres de telefonía o centrales hidroeléctricas.

El papel de la infraestructura en la sostenibilidad

El papel de la infraestructura en la sostenibilidad

Desde la creación del noveno Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) hace nueve años, la industria, la innovación y la infraestructura han sido fundamentales para contribuir al crecimiento económico, impulsar el desarrollo social y promover el cuidado del medio ambiente.

Según la ONU, el 70% de los gases de efecto invernadero provienen de núcleos urbanos. Especialmente las ciudades de los países menos adelantados necesitan apoyo para invertir en tecnologías punteras que ayuden a reducir las emisiones de carbono.

La importancia de la infraestructura sostenible

El Banco Mundial defiende que las infraestructuras sostenibles son más rentables, ya que ofrecen servicios más confiables, resisten mejor a los fenómenos climáticos externos y amortiguan el impacto de las amenazas naturales.

Para que sean realmente sostenibles, las infraestructuras deben lograr serlo en todas sus dimensiones: económica, ambiental, social e institucional.

Avances en el camino hacia la sostenibilidad

El noveno Objetivo de Desarrollo Sostenible ha mostrado avances en el último informe sobre los ODS. En 2022, el 95% de la población tenía acceso a banda ancha, aunque hay que aumentar esta cifra, y un 97% tenían a su alcance señal móvil.

También ha aumentado la inversión en investigación y desarrollo, lo que ha generado empleo e ingresos, mejorando el nivel de vida de gran parte de la población.

Sostenibilidad económica y construcción

El desarrollo de una industria sostenible busca ser viable a largo plazo, contribuyendo al desarrollo económico. Esto implica maximizar el retorno de la inversión a lo largo del ciclo de vida de la infraestructura, potenciar la innovación tecnológica y promover la eficiencia en el empleo de los recursos financieros.

Construcción y biodiversidad

Las infraestructuras sostenibles están diseñadas y construidas para minimizar su impacto negativo en el medio ambiente. Para ello, se utilizan los recursos de manera eficiente, se intentan reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y se promueve la conservación de la biodiversidad y de los ecosistemas.

Impacto social

La sociedad depende directamente de las infraestructuras. Una mayor inversión en ellas revierte en una mayor competitividad, además de suponer un factor directo de transformación de la vida de las personas.

Otro de sus grandes impactos es sobre la desigualdad. Para que una construcción sea socialmente sostenible es necesario realizar un diseño que se ajuste al contexto social y tiene que reunir ciertas características: ser equitativa, accesible, asequible, empoderadora y reducir la exposición a daños.

Ventajas y beneficios

Las ventajas y beneficios de las infraestructuras sostenibles son numerosas. Por ejemplo, consigue reducir la huella de carbono. Según el The New Climate Economy, una mejor planificación urbanística podría evitar 3,7 gigatoneladas anuales de CO2 en los próximos 15 años.

El impulso a las energías renovables y la apuesta por una red eléctrica digitalizada y descentralizada podría llevar electricidad a mil millones de personas sin acceso a ella.

Asimismo, este tipo de industrias crean empleos verdes, que podrían pasar de los 2,3 millones actuales a los 20 millones para el año 2030 si la economía se reorienta hacia el cuidado del medio ambiente.

Los beneficios de una planificación que cuente con infraestructuras sostenibles son innegables. Desde multiplicar las oportunidades hasta mejorar el bienestar social. Apostar por una construcción consciente es el camino a un futuro igualitario.

Daniel Martín

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