En un importante avance médico, científicos y médicos han desarrollado un nuevo tratamiento revolucionario para el cáncer de recto, brindando una luz de esperanza a pacientes que luchan contra esta enfermedad. Este innovador enfoque terapéutico ha demostrado reducir significativamente la recurrencia del cáncer, lo que significa que los pacientes pueden tener una mayor oportunidad de evitar la cirugía y mejorar su calidad de vida. Esta noticia es especialmente relevante para aquellos que han sido diagnosticados con este tipo de cáncer, ya que ofrece una nueva opción de tratamiento que puede cambiar el curso de su enfermedad.
Nuevo tratamiento para el cáncer de recto localmente avanzado evita la cirugía y reduce el riesgo de recurrencia
Un innovador enfoque terapéutico para el cáncer de recto localmente avanzado (LARC) ha demostrado ser lo suficientemente exitoso como para evitar la cirugía en muchos casos, y aún así, reducir significativamente el riesgo de recurrencia del cáncer.
Según un artículo publicado en el medio académico eClinicalMedicine, investigadores de la Universidad de Uppsala (Suecia) han desarrollado una estrategia llamada tratamiento neoadyuvante total (TNT), que consiste en sesiones de radioterapia de curso corto seguidas de diferentes rondas de quimioterapia.
Menos cirugía, misma recurrencia
En un estudio que siguió a 273 pacientes con LARC en 16 hospitales entre julio de 2016 y junio de 2020, y a otro grupo de 189 pacientes en 18 hospitales durante el mismo período, los científicos encontraron que las tasas de desaparición del tumor se duplicaron respecto a las observadas con regímenes de tratamiento tradicionales (del 14% al 28%).
No solo eso, sino que no se produjo ningún incremento en la tasa de recurrencia del cáncer. Esto es especialmente importante, ya que la cirugía suele ser necesaria en el abordaje de algunos cánceres, pero puede tener efectos secundarios y complicaciones importantes.
Un enfoque innovador
Lo que tiene de novedoso el enfoque TNT es que emplea modalidades de tratamiento bien establecidas, pero cambia completamente el orden en el que se administran. Por ejemplo, la quimioterapia comúnmente se administraba después de la cirugía para reducir el riesgo de enfermedad metastásica.
Sin embargo, en esta estrategia, la quimioterapia se adminsitra antes de la cirugía, lo que a menudo logra reducir el tumor antes de la cirugía o incluso evitar esta última. Esto permite evitar los problemas con el control de esfínteres y la necesidad de practicar una ostomía (una apertura artificial para la salida de deshechos) que se producen después de la cirugía.
Un tratamiento accesible
Uno de los puntos más interesantes de esta modalidad de tratamiento para el cáncer es el hecho de que no requiere técnicas o equipamiento diferentes a los necesarios en los enfoques tradicionales, lo que hace que sea rápidamente adoptable en cualquier zona del mundo que cuente con la infraestructura necesaria para tratar la mayoría de tumores.
Deja una respuesta