Descubrimiento sorprendente en Asturias: una piscina natural de aguas turquesas escondida en un bosque mágico
En el corazón de Asturias, región del norte de España conocida por su belleza natural y rica biodiversidad, se ha producido un sorprendente descubrimiento que ha dejado a la comunidad científica y a los amantes de la naturaleza con la boca abierta. Un equipo de investigadores ha encontrado una piscina natural de aguas turquesas, escondida en un bosque mágico repleto de leyendas y misterios. Esta joya natural, nunca antes vista, es un tesoro escondido que promete revelar secretos sobre la geología y la historia de la región.
Descubre la piscina natural de aguas turquesas escondida en un bosque mágico asturiano
La naturaleza asturiana enamora a todos sus visitantes con sus playas salvajes y sus verdes montañas. Y lo mejor de todo es que, más allá de los lugares que aparecen en todas las guías turísticas, estas tierras del norte de España esconden verdaderos tesoros que pasan más desapercibidos, pero que merecen mucho la pena descubrir.
Un ejemplo perfecto es la Olla de San Vicente, una refrescante piscina natural donde podemos darnos un baño rodeados por completo de vegetación. Llegar hasta ella ya es una experiencia en sí misma, ya que tendremos que completar una ruta de senderismo, eso sí, bastante sencilla y asequible para niños.
La ruta a la Olla de San Vicente
El río Dobra nace al norte de la provincia de León, en el Puerto de Dobres, y sigue su curso por el centro y el este de Asturias. Su cauce zigzaguea entre valles y bosques, y a su paso por la zona norte del concejo de Amieva, justo antes de desembocar en el Sella, el terreno se allana y en el cauce se abre una piscina natural de aguas azules y limpias.
Para llegar hasta este espacio tendremos que hacer una ruta de senderismo de dificultad baja y alrededor de 40 minutos de duración.
El punto de partida lo encontramos junto a la carretera N-625. Saliendo de Cangas de Onís, pasaremos por el pueblo de Tornín y 1 km después veremos un restaurante. Es ahí donde inicia la ruta, que empieza con un sendero ancho.
Pronto llegaremos a un antiguo puente de piedra, pero no tendremos que cruzarlo, sino que habrá que seguir por el camino principal.
A continuación, iremos pasando por tramos más estrechos junto a las aguas del río, así que hay que estar más atentos, sobre todo si vamos con niños pequeños.
En todo momento estaremos inmersos en un bosque de especies autóctonas como fresnos, arces, olmos, alisos y sauces, que dan paso a los castañares, robledales y hayedos.
Finalmente, la senda se vuelve a ensanchar y nos conduce por fin a la piscina natural. Ante nuestros ojos se abre esta masa de aguas cristalinas y rodeada de rocas blancas y frondosos árboles.
En los meses más calurosos podremos darnos un baño, pero hay que tener en cuenta que el agua no es apta para los más frioleros, ya que al bajar de los Picos de Europa, la temperatura es bastante baja.
Nos bañemos o no, disfrutaremos de un paisaje mágico y de un ambiente de tranquilidad total.
Cómo llegar al inicio de la ruta
El trayecto en coche desde la ciudad de Oviedo hasta el inicio de la ruta, a 1 km del pueblo de Tornín en la carretera N-625, es de 1 hora y 10 minutos por la N-634.
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