Desentrañando el origen de una expresión popular: ¿De dónde surge la expresión 'quemarse las pestañas'?
La lengua española está llena de expresiones idiomáticas y frases hechas que se han transmitido de generación en generación, pero que a menudo carecen de un origen claro. Una de ellas es la expresión 'quemarse las pestañas', que se utiliza comúnmente para describir el esfuerzo intenso y prolongado que se dedica a una tarea o actividad. Sin embargo, ¿de dónde surge esta expresión? En este artículo, vamos a desentrañar el misterio detrás de esta frase popular y descubrir su origen histórico, para entender mejor su significado y contexto.
Descubre el origen de la expresión 'quemarse las pestañas' que nos hace recordar la lucha por el conocimiento
A través de mi perfil @curiosisimo_ de Instagram, me preguntan de dónde surge la expresión 'quemarse las pestañas' para referirse al acto de esforzarse o estudiar mucho. Y hoy, vamos a desentrañar el misterio detrás de esta frase tan común en nuestra cultura.
La época de las velas y lámparas de aceite
La expresión 'quemarse las pestañas' para hacer referencia al hecho de esforzarse intensamente en una tarea, especialmente estudiando hasta altas horas de la noche, tiene su origen en una época anterior a la invención de la luz eléctrica. En aquel entonces, era necesario utilizar velas o lámparas de aceite para iluminarse durante las actividades nocturnas.
En esas condiciones, los estudiantes que permanecían despiertos hasta altas horas de la madrugada, inclinados sobre sus libros o tareas, corrían el riesgo de acercarse demasiado a la llama (según se iba consumiendo la cera o el aceite), lo que podría quemarles literalmente las pestañas debido a la proximidad con el fuego.
La metáfora de la dedicación y el esfuerzo
Con el tiempo, esta expresión se convirtió en una metáfora para describir el esfuerzo y la dedicación extrema, especialmente en contextos académicos o laborales. Decir que alguien 'se quema las pestañas' implica que está invirtiendo largas horas y mucho esfuerzo en una tarea, generalmente sacrificando el descanso y enfrentando la fatiga para lograr sus objetivos.
Una variante de la expresión también es la locución 'quemarse las cejas', con el mismo significado. Ambas frases han sido adoptadas para describir la determinación y la perseverancia que se requiere para alcanzar metas y objetivos.
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