Desvelado el misterio del canino 'terrier tibetano': no es un terrier, pero sí tiene raíces tibetanas

Después de años de investigación y especulación, finalmente se ha desvelado el misterio que rodeaba al canino conocido como terrier tibetano. La sorprendente revelación ha sacado a la luz que este perro no pertenece a la raza de los terriers, como se pensaba, pero sí tiene un origen tibetano. Esta noticia ha generado gran interés en la comunidad cinófila y entre los amantes de los animales, que siempre se han preguntado sobre las verdaderas raíces de esta raza canina. A continuación, se presentan los resultados de la investigación que han llevado a este sorprendente descubrimiento.

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El misterio desvelado: el 'terrier tibetano' no es un terrier, pero sí tiene raíces tibetanas

En el Tíbet, una región autónoma china, vive una comunidad de unos 50.000 monjes y monjas budistas, un número que ha ido disminuyendo a lo largo de los siglos. Sin embargo, esta región ha contribuido espectacularmente en la cinología internacional con el desarrollo de razas tan reconocidas como el lhasa apso, el shih tzu, el mastín tibetano, el spaniel tibetano y la raza que hoy nos ocupa: el terrier tibetano.

A pesar de su nombre, el terrier tibetano no pertenece genética ni funcionalmente a la categoría de los terriers. El Kennel Club Americano señala que el término terrier fue atribuido por los occidentales de forma imprecisa solo por su tamaño, sin embargo, en su tierra natal, siempre fue conocido como Tsang Apso, que se traduce como ‘perro peludo o barbudo de la provincia de Tsang’.

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La Federación Cinológica Internacional describe al terrier tibetano como un perro que combina su energía y entusiasmo con su habilidad como perro de guardia, lo que lo asemeja más con un pequeño bobtail.

Su auténtico origen está ligado a los monasterios tibetanos, donde fue criado hace casi 2.000 años. Conocido como el ‘perro sagrado’ y portador de buena suerte, los ejemplares nunca se vendían, sino que se ofrecían como regalo a los lamas o en señal de gratitud por favores recibidos. En los monasterios, ayudaban en tareas como la recuperación de objetos perdidos en las laderas de las montañas y en el pastoreo del ganado.

El primer terrier tibetano llegó a Europa en 1922, cuando una doctora inglesa recibió uno de estos perros como agradecimiento tras realizar una compleja operación a un monje tibetano. Posteriormente, la misma mujer importó un macho de la misma raza y comenzó el primer criadero fuera del Tíbet, lo que impulsó su difusión en occidente.

Ágiles, alegres y exigentes

El terrier tibetano es un perro ágil y rápido, que debe desenvolverse con facilidad en terrenos montañosos gracias a sus peculiares patas grandes, planas y con abundante pelo interdigital, que actúan como raquetas de nieve.

En la convivencia, son perros familiares que se muestran sensibles y cariñosos con sus titulares, y también muy protectores. Como es común en perros con un pasado de protección y guardia, son reservados con los extraños, vigilantes y tienden a ladrar, a veces en exceso, ante lo que consideren una amenaza.

Igualmente, esta naturaleza instintiva territorial requiere una buena socialización, especialmente si van a convivir con otros perros. En la educación, los expertos los definen como decididos e inteligentes, lo que les hace muy receptivos para la práctica de diversos deportes caninos pero también tercos y con la capacidad de tomar sus propias decisiones.

Necesitan ejercicio regular y no son recomendables para personas sedentarias. En relación a su cuidado físico, es un perro exigente y requiere cepillados frecuentes y cortes regulares para evitar que su pelaje se enrede.

Dicho pelaje, desgreñado, es uno de sus rasgos más distintivos y está compuesto de doble capa: una lanuda en la parte inferior y una superior larga y fina, similar al cabello humano.

Salud y cuidado

A nivel de salud, es una raza longeva, con una esperanza de vida media de 14 años. Sin embargo, debido a la cría irregular, hay algunas enfermedades congénitas que se han incorporado a las líneas de los países occidentales, por lo que es muy importante contactar solo con criadores oficiales que facilten pruebas de salud y puedan demostrar que no utilizan reproductores transmisores de dichas enfermedades (lipofuscinosis ceroide neuronal y la luxación primaria del cristalino).

Para ampliar información, se recomienda contactar con la Federación Cinológica Internacional, ya que existen varios clubes del terrier tibetano en Europa afiliados a esta organización canina internacional, desde Bélgica o Suiza, hasta Reino Unido y en Finlandia.

Sara Ortega

Soy Sara, redactora de la página web El Noticiero. En este periódico independiente de actualidad nacional e internacional, me dedico a investigar y redactar las últimas novedades con la más rigurosa objetividad. Mi pasión por el periodismo me impulsa a ofrecer a nuestros lectores información veraz y completa, manteniendo siempre la ética y el compromiso con la verdad. ¡Es un honor para mí formar parte de este equipo y contribuir a mantener a nuestros lectores informados de manera imparcial y profesional!

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