En un informe reciente, el Banco de España ha destacado que la inflación, la crisis energética y la incertidumbre económica han sido los principales factores que han frenado la inversión empresarial después de la pandemia. Según el organismo, la inestabilidad económica generada por estos factores ha llevado a las empresas a ser más cautas en sus planes de inversión, lo que ha ralentizado el crecimiento económico del país. Esta situación es especialmente preocupante, ya que la inversión empresarial es fundamental para el crecimiento económico sostenible y la generación de empleo. En este sentido, es fundamental que se tomen medidas para abordar estos desafíos y fomentar un entorno económico más favorable para las empresas.
La pandemia y la crisis energética frenaron la inversión empresarial en España
El Banco de España ha alertado sobre la debilidad de la inversión empresarial en un contexto de incertidumbre. Según un informe publicado por la institución, la pandemia y la crisis energética provocaron una tormenta perfecta que ahogó a muchas empresas en los años posteriores a la pandemia.
La subida de los costes de producción, la crisis energética y la incertidumbre generada por la irrupción de la covid-19 frenaron la inversión empresarial en España. El informe del Banco de España atribuye la merma de la inversión al estallido de la pandemia, la aparición de cuellos de botella en las cadenas globales de suministros, la crisis energética, el repunte de los costes de producción, la incertidumbre sobre las perspectivas económicas y el aumento de los tipos de interés, entre otros factores.
La inversión empresarial en números
Según el informe, la inversión empresarial ha experimentado una notable debilidad en los últimos años y aún permanece por debajo de los niveles registrados antes del estallido de la pandemia de covid-19. En 2020, se produjo una caída significativa tanto de la proporción de empresas que se atrevían a invertir como de la cuantía destinada a ello.
La empresa mediana pasó a invertir en 2020 una cuantía bruta insuficiente para cubrir la depreciación del capital previamente instalado, de forma que su inversión neta fue negativa.
La relación entre ventas y inversión
El informe destaca que las decisiones de inversión de las empresas se volvieron más sensibles a la situación económica en los años posteriores a la irrupción de la covid-19. Las empresas en las que las ventas aguantaron y lograron un mayor crecimiento fueron también más propensas a invertir.
El crecimiento de las ventas y el flujo de caja incidieron de forma más intensa sobre la decisión de invertir en el período 2020-2022 que en los años anteriores.
La situación financiera de las empresas
La situación económica de las empresas también limitó la cuantía de las inversiones, al igual que ocurrió en la crisis financiera de 2008. Sin embargo, las empresas no se mostraron más condicionadas de lo habitual por su situación financiera a la hora de tomar la decisión de invertir o no.
Las políticas de apoyo a las empresas emprendidas tanto a nivel europeo como nacional habrían desempeñado un papel importante a la hora de explicar la menor incidencia sobre las decisiones de inversión de las empresas que tuvieron sus condicionantes financieros en comparación con la crisis financiera global.
El papel de los programas de avales
El informe destaca el papel de los programas de avales del ICO para facilitar el acceso de las empresas a financiación externa. Aquellas empresas que se beneficiaron de estas ayudas entre 2020 y 2021 fueron más propensas a invertir.
Estos avales podrían haber contribuido a preservar las decisiones de inversión de las empresas.
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