El Banco de España expresa dudas sobre el rumbo del déficit y deuda del Gobierno y solicita un ajuste adicional de 49.000 millones de euros

El Banco de España expresa dudas sobre el rumbo del déficit y deuda del Gobierno y solicita un ajuste adicional de 49.000 millones de euros

En un comunicado oficial, el Banco de España ha expresado su preocupación por el rumbo que está tomando el déficit público y la deuda del Gobierno. Según los datos disponibles, la situación fiscal del país no está siguiendo el camino esperado, lo que ha llevado a la entidad financiera a solicitar un ajuste adicional de 49.000 millones de euros para corregir el desvío y garantizar la sostenibilidad financiera a largo plazo. Esta solicitud ha generado un gran debate en el ámbito político y económico, ya que se cuestiona la capacidad del Gobierno para reducir el déficit y cumplir con sus compromisos fiscales.

El Banco de España pide un ajuste fiscal adicional de 14.000 millones para reducir déficit y deuda

El Banco de España (BdE) ha actualizado sus previsiones para la economía española y advierte de que el Gobierno necesitará aplicar un ajuste adicional del 0,5% del PIB, equivalente a unos 14.000 millones de euros entre 2025 y 2026, para poder ceñirse a las nuevas metas europeas.

Sin este esfuerzo fiscal adicional, la buena evolución de la economía no servirá por sí sola para meter en cintura el déficit y la deuda pública. En 2026, España seguirá sin haber rebajado el déficit al 3% que exigen las reglas fiscales europeas y mantendrá aún su nivel de endeudamiento en el 106,3%, muy lejos del 60% que exigen los compromisos con Bruselas.

Un ajuste fiscal necesario para garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas

El organismo capitaneado por José Luis Escrivá recuerda que la aplicación del nuevo marco fiscal europeo exigiría un tono contractivo sostenido de la política fiscal de nuestro país en los próximos años, mientras que bajo los supuestos actuales del Gobierno este sería ligeramente contractivo en 2024 y neutral en el período de 2025 a 2026.

El Banco de España reconoce que la puesta en marcha de un programa de ajuste estructural de medio plazo de esa magnitud (0,5 puntos del PIB al año) impactaría en el crecimiento, que sería menos dinámico de lo que prevé actualmente. Sin embargo, el diseño y ejecución de dicho plan constituirían una palanca fundamental para reforzar la sostenibilidad de las cuentas públicas españolas y la confianza de los agentes económicos en nuestra economía.

Un escenario de crecimiento moderado

Pese a la necesidad de un ajuste fiscal adicional, la inercia de un crecimiento mayor de los esperado en todo el primer tramo del año permite al Banco de España mejorar de forma notable sus proyecciones. El regulador prevé que el PIB avance de media un 2,8% este ejercicio, cuatro décimas más que lo contemplado por el Gobierno y que modere ese crecimiento al 2,2% en 2025 y al 1,9% en 2026.

El grueso de dicha moderación reflejaría una menor contribución del sector exterior al crecimiento del PIB ante la previsión de que la actividad turística se modere. Por el contrario, y como factores de soporte de la actividad en los próximos trimestres, se mantendrían la relajación gradual de las condiciones de financiación, la reactivación paulatina de la economía europea y global, el crecimiento poblacional previsto, el avance de las rentas reales por la menor inflación, así como el mayor despliegue de los fondos Next Generation EU.

Un contexto de incertidumbre

El toque de atención del BdE se produce en un contexto en el que el Gobierno de coalición tiene por delante una negociación complicada con los socios de investidura para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado de 2025 y evitar un nuevo bloqueo parlamentario al proyecto económico más importante de la legislatura.

Además, la economía nacional enfrenta vientos en contra internos y externos, como la desaceleración de los socios europeos, la crisis de precios no controlada en la Eurozona y las tensiones geopolíticas, lo que hace que el ajuste fiscal adicional sea aún más necesario para garantizar la sostenibilidad de las cuentas públicas y la confianza de los agentes económicos en nuestra economía.