Ejercicio aeróbico y de fuerza protege a las mujeres de 50 años y más de la osteoporosis
La osteoporosis es una enfermedad crónica y progresiva en la que los huesos se debilitan y pierden su densidad, lo que provoca que se rompan o fracturen con más facilidad. Según la Sociedad Española de Reumatología (SER), en España, una de cada cuatro mujeres postmenopáusicas (a partir de los 50 años, aproximadamente) tiene osteoporosis, y el porcentaje aumenta al 40% en mujeres de edades comprendidas entre los 70 y 79 años.
La osteoporosis puede prevenirse con ejercicio físico continuado
Un estudio del grupo de investigación Biofanex 'Análisis Biológico y Funcional del Ejercicio Físico' de la Universidad de Sevilla ha demostrado que el ejercicio físico no supervisado mejora la salud ósea y previene la osteoporosis en las personas premenopáusicas. El estudio, publicado en la revista International Journal of Sport Nutrition and Exercise Metabolism, analiza los cambios que se generan en la concentración de moléculas en la sangre cuando los huesos reciben estrés debido a la práctica de ejercicio físico continuado.
Andar y saltos de baja intensidad previenen la osteoporosis en mujeres de 35 a 50 años
El estudio estableció una rutina diaria durante seis meses, compuesta por:
- 60 saltos de baja intensidad intermitentes.
- Al menos 10.000 pasos a ritmo ligero.
Este entrenamiento es fácil de realizar y no requiere asesoramiento dirigido. Además, puede hacerse en cualquier momento del día, sin necesidad de ajustarse a un horario de gimnasio.
Los resultados del estudio revelaron grandes diferencias entre los biomarcadores después de 3 meses y comprobaron que la densidad mineral ósea del cuello femoral y de la columna lumbar también se fortalecía tras 6 meses de ejercicio físico continuado, lo cual podría contribuir a la prevención de la osteoporosis.
El investigador Horacio Sánchez Trigo, autor del estudio, explicó que los huesos están en continua renovación. Cuando se forman, y también durante su degradación, liberan unas moléculas a la sangre. Estos biomarcadores de formación y reabsorción ósea permiten medir el grado de ejercicio que impacta en el hueso, y en ellos hemos centrado nuestro estudio.
El próximo paso en el que trabajan los investigadores es ampliar el rango de población a mujeres postmenopáusicas, así como optimizar la tecnología empleada y analizar otros biomarcadores que puedan aportar más información sobre la salud ósea de los pacientes.
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