El estrés de ser inquilino: estudios revelan que los alquilados experimentan niveles más altos de ansiedad, soledad y depresión que los dueños de la p

El estrés de ser inquilino: estudios revelan que los alquilados experimentan niveles más altos de ansiedad, soledad y depresión que los dueños de la propiedad

La vivienda es un aspecto fundamental en la vida de las personas, ya que proporciona un sentido de seguridad y estabilidad. Sin embargo, según estudios recientes, la forma en que se accede a una vivienda puede tener un impacto significativo en la salud mental de los individuos. En efecto, se ha descubierto que los inquilinos experimentan niveles más altos de ansiedad, soledad y depresión en comparación con los dueños de la propiedad. Estos resultados son alarmantes y cuestionan la idea de que la vivienda es un refugio seguro para todos. En este artículo, exploraremos los resultados de estos estudios y analizaremos las posibles razones detrás de este fenómeno.

La crisis de la vivienda: ¿cómo afecta a la salud mental de los españoles y qué soluciones se proponen?

En España, 3,7 millones de personas viven en viviendas inseguras; 4,8 millones, en viviendas inadecuadas; y un tercio de los hogares no cuenta con las condiciones pertinentes de accesibilidad. Estos datos, ofrecidos por el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (Cgate), revelan un delicado escenario en el que se encuentra la vivienda en nuestro país, casi inaccesible hoy para los jóvenes.

Este escenario influye directamente en la salud mental de los españoles. Ante este escenario, un 40% de ellos reconoce haber experimentado estrés o ansiedad en su casa; un 30%, soledad; y un 23%, depresión. La vivienda en España se ha convertido en un problema que va más allá de cuestiones económicas, afectando a aspectos de la persona como son la salud física y mental.

La preocupación por el pago de la mensualidad

Para aquellos que ya cuentan con una vivienda (ya sea en propiedad o régimen de alquiler), las preocupaciones se centran en el pago de la mensualidad. Un tercio de los hogares en alquiler destinan entre 500€ y 800€ al pago de la renta. En el caso de los hogares en propiedad, este porcentaje desciende al 26%.

Esta situación provoca que el 38% de los ciudadanos se declaren angustiados ante la perspectiva de perder la vivienda y tener que regresar al domicilio familiar. En el caso de los jóvenes menores de 35 años, cerca de un 40% ha tenido que mudarse por razones económicas.

El contraste entre inquilinos y propietarios

El impacto que causa sobre los españoles tener una casa en propiedad o vivir de alquiler es muy diferente. La sensación de bienestar entre los propietarios es cercana al 70%, mientras que desciende al 49% entre los inquilinos.

Ahondando en las afecciones y continuando con esta comparación, el 50% de los que están en alquiler afirman sentir ansiedad por su situación, frente al 38% de los propietarios. El margen se acentúa entre los que sienten soledad (41% de inquilinos por 25% de propietarios), y también es mayor la depresión en los primeros (29%) que en los segundos (20%).

La salud mental y la renta

Las respuestas también varían en función del nivel de renta. El daño a la salud mental se incrementa entre las más bajas: el 58% de los ciudadanos que perciben menos de 1.000€ al mes afirman experimentar ansiedad; el 57%, soledad; y el 40%, depresión. Frente a ellos, las rentas de más de 5.000€ al mes presentan niveles inferiores de estrés (22%), depresión (12%) o soledad (8%).

La vivienda como un privilegio

El 20% de los ciudadanos considera la vivienda como un privilegio. Los jóvenes manifiestan que viven peor que sus padres y vivirán peor que sus hijos. No es así. Casi todos los indicadores reflejan que viven mejor que sus padres: el desarrollo en sanidad, tecnología, la capacidad de viajar. Casi todos menos uno: el del acceso a la vivienda.

La solución, según los ciudadanos

El informe de la Cgate y GAD3 también recoge algunas de las posibles soluciones dadas por los ciudadanos para mejorar el acceso a una vivienda. La más demandada es la reducción de los tipos de interés (35%), seguida de la concesión de ayudas para la compra de vivienda (27%) y el abaratamiento del precio del suelo (25%). Además, el 25% de los ciudadanos aboga por la limitación de los precios de los alquileres y la construcción de viviendas protegidas.

La vivienda se encarece

Precisamente, este jueves el Ministerio de Vivienda ha actualizado las cifras del precio del metro cuadrado y los resultados no son tranquilizadores. El precio de la vivienda libre se encareció un 5,7 % en el segundo trimestre del año hasta los 1.895,6 euros/m2, el importe más elevado que registra desde el tercer trimestre de 2009.

Con este nuevo incremento, el precio de la vivienda acentúa su subida después de elevarse un 4,3 % en los tres primeros meses del año. Así, entre abril y junio, el precio de la vivienda se incrementó un 1,6 % con respecto al trimestre anterior.