El expolítico republicano George Santos admite culpabilidad por estafa electrónica y uso de identidad ajena
En un giro inesperado en el caso que lo involucra, el excongresista republicano George Santos ha decidido admitir su culpabilidad en los cargos de estafa electrónica y uso de identidad ajena. Esta sorprendente confesión pone fin a un proceso judicial que había generado gran interés y controversia en los Estados Unidos. Santos, quien había negado repetidamente las acusaciones en su contra, ahora enfrenta posibles penas de prisión y sanciones financieras por sus acciones. La investigación había revelado que el político había utilizado identidades falsas y había defraudado a personas mediante operaciones fraudulentas en línea.
George Santos se declara culpable de fraude electrónico y robo de identidad agravado
El excongresista republicano George Santos se ha declarado culpable este lunes de fraude electrónico y robo de identidad agravado, enfrentándose ahora a una pena de más de seis años de prisión y a pagar 370.000 dólares (más de 333.000 euros) en concepto de indemnización.
La jueza encargada del caso, Joanna Seybert, ha programado la sentencia para el 7 de febrero y será entonces cuando se conozca la condena. Santos, de 36 años, se mostró emocionado en la sala del tribunal de Long Island, lamentando profundamente su conducta y admitiendo que traicionó la confianza de sus electores y partidarios.
El caso de fraude federal de Santos, que llevó a su expulsión del Congreso, estaba a solo unas semanas de ir a juicio. De hecho, la selección del jurado estaba agendada para el 9 de septiembre. Si el caso hubiese llegado a juicio, los fiscales federales estaban dispuestos a llamar a unos 40 testigos, incluidos miembros de la campaña de Santos, empleadores y familiares.
Santos había reconocido que permitió que sus ambiciones nublaran su juicio, forjando su carrera política a base de mentiras. El expolítico se había declarado anteriormente inocente de una serie de delitos financieros, como mentir al Congreso sobre su patrimonio, cobrar el subsidio de desempleo cuando en realidad trabajaba y utilizar donaciones de campaña para sufragar gastos personales, como ropa de diseño.
La investigación de ética encontró evidencia abrumadora de que Santos había violado la ley y explotado su posición pública para su propio beneficio, lo que llevó a su expulsión de la Cámara de Representantes de Estados Unidos.
Santos llegó a ser considerado como una estrella política en ascenso, pero su historia comenzó a desmoronarse cuando surgieron informes de que había mentido acerca de tener una carrera en las principales firmas de Wall Street y un título universitario, junto con otras dudas sobre su biografía.
La sentencia pendiente de Santos es un duro golpe para su carrera política, que se basó en mentiras y engaños. La sociedad estadounidense espera que la justicia sea cumplida y que Santos asuma las consecuencias de sus acciones.
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