El Gobierno reforza sus esfuerzos para llegar a un acuerdo con Junts, que exige modificaciones antes de la votación decisiva de los Presupuestos

El Gobierno reforza sus esfuerzos para llegar a un acuerdo con Junts, que exige modificaciones antes de la votación decisiva de los Presupuestos

En el marco de la tramitación de los Presupuestos, el Gobierno ha decidido reforzar sus esfuerzos para lograr un acuerdo con Junts, partido clave para la aprobación de la ley de financiamiento. La formación independentista catalana ha establecido como condición para su apoyo la introducción de modificaciones sustanciales en el texto original. A menos de una semana de la votación decisiva, el Ejecutivo se encuentra en una situación de alta tensión política, ya que la no aprobación de los Presupuestos podría desencadenar una crisis institucional de gran magnitud.

La tensión crece en el Congreso: Junts pide cambios para apoyar los Presupuestos

El Gobierno se enfrenta esta semana a un segundo intento de tramitar los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2025 sin tener asegurados los apoyos parlamentarios para sacar adelante la votación en el Congreso. Hace dos meses que Junts tumbó la misma propuesta de límite de gasto no financiero que este jueves se volverá a votar en la Cámara Baja, pero ahora el Gobierno confía en que los posconvergentes reflexionen porque los más de 300 ayuntamientos donde gobiernan tendrán un mayor margen de gasto y la apoyen.

Ante ello, Junts se mantiene en sus trece e insiste en que o hay cambios o volverán a votar 'no'. Los últimos desplantes públicos de Junts han vuelto a poner en cuestión la estabilidad de la legislatura al inicio de este nuevo curso político. La gota que colmó el vaso fue la votación en el Congreso para regular el alquiler temporal, en la que Junts había asegurado su abstención, pero minutos antes de pulsar el botón cambiaron de opinión y terminaron tumbando la propuesta.

Tras ello, Carles Puigdemont advirtió al presidente del Gobierno de que esta sería la tónica general si no suda la camiseta para lograr sus apoyos. Con todo, los contactos continúan con discreción aunque sin ningún avance que hagan público. Pero ante los avisos de Puigdemont de que no funcionarán los chantajes ideológicos, el Ejecutivo responde con prudencia y voluntad de tender puentes.

Aseguran que nunca darán por rotas las relaciones con Junts, con quien agotará todas las vías de diálogo con el fin de sacar adelante las cuestiones más importantes, como los Presupuestos. La discreción, el acuerdo y la palabra son los ingredientes con los que el Gobierno intenta convencer a Junts, que sigue insistiendo en que si el PSOE no cumple con sus promesas no hay votos.

Las palabras del Gobierno, encaminadas a volver a estrechar las relaciones con los posconvergentes, no parecen haber surtido efecto positivo. Puigdemont les ha reprochado el linchamiento tras su rechazo a apoyar la iniciativa sobre alquileres temporales y ha insistido en que votarán 'no' hasta que no haya ningún cambio. En concreto, Junts pide que Moncloa recapacite sobre la ejecución presupuestaria en Cataluña, que comparan con la de Madrid.

El Gobierno se muestra optimista, asegurando que presentará igualmente los Presupuestos, aunque con la anterior senda de déficit y cuando perciba un consenso suficiente para lograr sacarlos adelante. Pese a que la Constitución señala que las cuentas deben presentarse al menos tres meses antes de la expiración de los anteriores, esto alguna vez se ha incumplido, lo que podría suceder en esta ocasión teniendo en cuenta que el Gobierno no se marca fecha límite y trabaja con la barrera temporal del 31 de diciembre, cuando prorrogarían automáticamente las anteriores cuentas.

Además, el Ejecutivo cree que los embistes de Junts se deben, además de la reciente investidura de Illa, a que a finales de octubre celebran su congreso, lo que determinará la estrategia a seguir por el partido. En este sentido, Moncloa confía en que, tras esa fecha, las cosas cambien.

Precisamente, el pasado lunes Sánchez convocó a todos los diputados y senadores socialistas en el Congreso para lanzarles el mensaje de que deben abrirse a las ideas y necesidades de otras fuerzas y actuar con naturalidad, sin estridencias y con orgullo para lograr formar mayorías.