El gran equívoco de Zazza, el youtuber italiano, en Benidorm: 'Soy un creador de contenido, no un stripper'

El gran equívoco de Zazza, el youtuber italiano, en Benidorm: 'Soy un creador de contenido, no un stripper'

En el mundo de las redes sociales, los youtubers y influencers suelen ser objeto de atención y escrutinio público. Sin embargo, en ocasiones, la línea entre la realidad y la ficción se puede confundir, llevando a situaciones incómodas y equivocadas. Esto es lo que le ha sucedido a Zazza, un popular youtuber italiano que se encuentra en el epicentro de una polémica en la localidad española de Benidorm. Después de una serie de eventos confusos, Zazza ha visto su imagen asociada a la de un stripper, lo que ha llevado a una gran cantidad de especulaciones y rumores en las redes sociales. Sin embargo, el propio Zazza ha salido a aclarar las cosas, asegurando que su papel es el de un creador de contenido, no el de un stripper.

El gran malentendido de Zazza en Benidorm

El youtuber italiano, conocido como Zazza, el italiano, vivió un momento de confusión en la ciudad de Benidorm, España, durante el último episodio de Apatrullando.

En una zona llena de discotecas, Zazza se detuvo a hablar con unos ingleses en una calle muy concurrida. Mientras enumeraba las discotecas una a una, aseguró que el 55% de la población que hay aquí es inglesa, esto se ha convertido en la sucursal de las islas británicas.

La confusión con una inglesa

Al intentar entrar en uno de los bares más conocidos por sus actuaciones, el portero le impidió el paso debido a la cámara que llevaba. Al apartarse, un grupo de mujeres inglesas se paró a hablar con él. Una de ellas, disfrazada de animadora, le preguntó: ¿Eres stripper?.

Zazza, en inglés, le explicó: No, soy youtuber. Sin embargo, ella no le creyó y comenzó a bailar con él. Incluso llegó a tumbarse en el asfalto para que el chico le enseñara sus pasos, pero Zazza se negó: ¡Que soy youtuber!.

Continuando su recorrido por Benidorm

Tras el malentendido, Zazza continuó su camino por aquella zona, llegando a un bar donde había un toro mecánico. También se paró con un hombre inglés que pedía en las calles, quien le contó que su mujer y sus dos hijos estaban en el cielo y que había regalado su empresa con 40 trabajadores.