El misterioso fenómeno de Bb trickz, un fenómeno postirónico que desafía la comprensión.

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El misterioso fenómeno de Bb trickz, un fenómeno postirónico que desafía la comprensión.

En el mundo de la física, siempre hay fenómenos que nos dejan con la boca abierta y nos llevan a cuestionarnos la naturaleza de la realidad. Uno de ellos es el misterioso fenómeno de Bb trickz, un evento que ha generado gran interés y confusión en la comunidad científica. Este fenómeno postirónico se caracteriza por desafiar nuestra comprensión actual de las leyes físicas y nos lleva a replantearnos las teorías establecidas. A medida que los científicos intentan descubrir los secretos detrás de este enigmático fenómeno, nos encontramos ante una oportunidad única para expandir nuestros conocimientos y profundizar en la comprensión del universo. En este artículo, exploraremos los detalles detrás de este misterioso fenómeno y las implicaciones que tiene para nuestra comprensión de la realidad.

La misteriosa Bb Trickz: de la ironía a la fascinación

El fenómeno postirónico que desafía la comprensión

Es complicado explicar por qué una sala mediana como La Paqui estuviera a rebosar para ver a una artista que no canta, no se mueve y no hace más que gestos prototípicos de pija; pero es todavía más difícil explicar, si es que lo primero se consigue, que el público lo diera todo y saliera encantado porque justo es eso lo que quería ver.

Bb Trickz es un fenómeno peculiar. No es como Taylor Swift, Quevedo o Bad Bunny, fenómenos masivos, guste más o menos a los odiadores del género musical a tratar, cuyo éxito tiene una explicación relativamente sencilla – las melodías, el marketing, el trap latino –. Bb Trickz es rara; es un fenómeno de nicho, diríamos, que ha conseguido salir del nicho para abrazar a todo un público sediento de una de las armas más poderosas de Internet: la postironía.

La artista que reescribe las reglas

La artista que reescribe las reglas

La Bb Trickz, cuyo nombre real es Belize Kazi, es una artista hispano-canadiense de 24 años. De su vida se puede decir muy poco más, pues todos los apuntes biográficos que la rodean – que es hija de una adinerada familia de Barcelona o, incluso, un producto creado por la discográfica multinacional Virgin Music – es una macedonia de hechos que debemos suponer reales junto a mitos que se expanden por redes sociales, pero que ella no se molesta en desmentir porque de eso trata su película: de que hablen, aunque sea mal.

Hija de la provocación y el marketing viral más polémico, saltó a la palestra en 2023 con su sencillo Missionsuicida, un tema en el que, ataviada con una indumentaria que coloquialmente podríamos llamar “de cayetanos”, rapeaba en las calles de Barcelona junto a su grupo de amigas y presumía de que nadie podía meterse con ella, pues mandaba.

El fenómeno postirónico

El éxito de esta artista, y el motivo por el que la sala se llenó, reside en lo que llamaríamos postironía, el siguiente paso lógico a la broma o la mofa. Aunque se puede obviar que hubiera fans genuinos que la siguieran desde el primer momento por gustarles sus letras, lo cierto es que la sala parecía una broma que había ido demasiado lejos.

En el concierto, que se encuadraba dentro de Sound Isidro, un ciclo de directos ofrecido por Vibra Mahou, Bb Trickz subió a todas sus amigas al escenario – si se han desplazado desde Barcelona todas ellas, la artista debe tener un buen caché para permitirse pagar tantísimo alojamiento – y les dio casi el mismo protagonismo que a ella.

Desde el prisma más musicalmente objetivo posible, el show fue horrible; la artista salió con un chándal amarillo y un bolso, y se dedicó más a pasear por el escenario y hacer posturas que a cantar, actividad a la que no destinó ni un cuarto de todo el concierto, amén de que tuvo que repetir varias de sus canciones por su escasísimo repertorio; sin embargo, pocas veces he visto a un público tan entregado.

Abrigados entre los dieciocho y la treintena de edad, el público cantaba todas las canciones y disfrutaba con la sinceridad de la artista, quien había venido a demostrarles que era mucho mejor y más rica que ellos: esa es la postironía, llevar la broma demasiado lejos y que algo te acabe gustando en serio.

La gente coreaba todos y cada uno de los temas, gritaba fervorosa cuando Bb Trickz hacía un gesto con las uñas y hacía vibrar la sala cuando movía un poco la cintura junto a sus amigas; se movía en el escenario como un ídolo raruno del Internet profundo – un ídolo sexualizado, sea dicho – o una lamparita de mesa que vibra mucho cuando hay un terremoto pequeño.

Es obvio que la postironía no lo es todo, pues las letras de Bbtrick pueden atraparte – en su justa medida – por referenciar problemas adolescentes y retrotraerte a cuando ibas al instituto y solo te preocupabas de las novias y los novios; también es cierto que su repercusión digital es una burbuja inflada por medios y tuiteros, pues apenas es capaz de llenar una sala de 800 personas acumulando más de 4 millones de oyentes mensuales en Spotify (artistas “normales” con esas cifras superan fácilmente el aforo de La Riviera y podrían plantearse llenar plazas como Vistalegre o incluso el Wizink).

El caso es que muchos fueron por la broma, por la pura risa, y acabaron dándolo todo. Quizá ahí es ahí donde reside su éxito.

Sara Ortega

Soy Sara, redactora de la página web El Noticiero. En este periódico independiente de actualidad nacional e internacional, me dedico a investigar y redactar las últimas novedades con la más rigurosa objetividad. Mi pasión por el periodismo me impulsa a ofrecer a nuestros lectores información veraz y completa, manteniendo siempre la ética y el compromiso con la verdad. ¡Es un honor para mí formar parte de este equipo y contribuir a mantener a nuestros lectores informados de manera imparcial y profesional!

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