El problema de los insectos: chinches, mosquitos y cucarachas vuelven a ser un problema en los hogares
En las últimas semanas, un gran número de hogares ha vuelto a experimentar un problema que se creía superado: la infestación de chinches, mosquitos y cucarachas. Estos insectos indeseados no solo son una molestia, sino que también pueden transmitir enfermedades y provocar graves problemas de salud. La situación es especialmente preocupante en zonas urbanas, donde la densidad de población y la falta de mantenimiento en viviendas y espacios públicos han creado un entorno propicio para la proliferación de estos insectos. En este artículo, analizaremos las causas y consecuencias de este problema y ofreceremos soluciones efectivas para prevenir y eliminar estas plagas en nuestros hogares.
La invasión de los 'bichos': chinches, mosquitos y cucarachas vuelven a ser un problema en los hogares
Desde los tiempos más remotos de la historia de la humanidad hemos estado en contacto, y en ocasiones en conflicto, con ’bichos‘ que ocupan nuestros hogares o refugios. En la actualidad, seguimos compartiendo nuestra casa con múltiples animales que, en la mayoría de los casos, nos resultan molestos y desagradables.
Si nos centramos en las especies que hoy nos resultan cotidianas como inquilinas de nuestras casas, o incluso de nuestro cuerpo, podríamos hacer una división un poco forzada. Por un lado, agruparíamos a los organismos que, si nosotros no estamos, tampoco estarían, como pueden ser los piojos, las pulgas, las chinches, algunos ácaros, etc. Por otro, se encontrarían las especies que entran en nuestras casas porque estamos, pero que no viven tan íntimamente relacionadas con nosotros, como los mosquitos. Y en un tercer grupo se incluirían los seres que entran a nuestros hogares simplemente porque resultan unos ambientes propicios para su supervivencia.
Podríamos decir que desde nuestros primeros años comenzamos a conocer el mundo animal en su enorme diversidad sin salir de nuestras casas. Y también a aprender que existe un buen número de animalitos que, a pesar de su tamaño, nos pueden causar daño o molestia y que debemos evitar. Precisamente ’bichos‘ es el término que solemos utilizar para referirnos a animales pequeños que nos pueden resultar dañinos o simplemente desagradables.
El regreso de los insectos
Durante aproximadamente 40 años, muchos de estos ’bichos‘ habían prácticamente desaparecido de nuestras casas. Mi generación, y ya cuento con un elevado número de años, no se topó con muchos de ellos, ya que no eran frecuentes ni piojos ni chinches, por poner un ejemplo.
Todo esto me llevó a elaborar una hipótesis sobre la ausencia de estos ectoparásitos. La única razón que me parecía justificar la reaparición repentina de estas plagas era la pervivencia en el ambiente de insecticidas organoclorados de larga persistencia, como el conocido DDT, insecticida que rondaba en las casas en forma de Flit y que se rociaba por ellas cuando algún ’bicho‘ hacía su aparición.
El DDT fue sintetizado en 1874, pero su empleo masivo como insecticida comenzó al final de la segunda guerra mundial. Era tan eficaz contra las plagas de artrópodos que incluso proporcionó un Premio Nobel a quien descubrió su eficacia en el control de la malaria y la fiebre amarilla, el químico suizo Paul Hermann Müller.
El combate contra esos artrópodos molestos, picadores y/o vectores de patógenos tuvo importantes consecuencias en las cadenas tróficas, ya que la bioacumulación del DDT tenía efectos letales o de disminución de la fertilidad. Esto llevó a un declive importante de diferentes grupos animales y produjo diversos trastornos, principalmente de carácter neurológico, en los seres humanos.
Convivir con los ‘bichos’ o combatirlos con otros ‘bichos’
¿Qué hacer ante esta situación? Lo primero es tener claro que solo debemos actuar contra los ’bichos‘ cuando éstos sean causa de molestias importantes, ya que, en la mayoría de las ocasiones, no nos causan daño alguno o sus poblaciones presentan brotes muy ocasionales.
Cuando las molestias sean verdaderamente importantes, habrá que recurrir a métodos insecticidas muy específicos, con un estrecho espectro de actuación, que no afecten a otras especies y no supongan un riesgo para la salud humana. Un ejemplo de estas estrategias de lucha biológica que comienzan a ser muy eficaces es el uso de microorganismos patógenos que atacan a determinados insectos, como la bacteria Bacillus thuringiensis, cuya variedad israelensis resulta letal para los mosquitos. Otro ejemplo es la utilización de parásitos y de depredadoras de insectos que constituyen plagas, como las mariquitas que se alimentan de pulgones.
Óscar Soriano Hernando es investigador del CSIC en el Museo Nacional de Ciencias Naturales y revisor científico de Bichos. La jungla en casa (CSIC-Zahorí Books). Este libro, creado e ilustrado por Berta Páramo, ayuda al público infantil a familiarizarse con los pequeños ’inquilinos‘ con los que convivimos en nuestros hogares y a mejorar el conocimiento sobre ellos.
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