- El silencio que duele: El trastorno del desarrollo del lenguaje en niños genera problemas emocionales y psicológicos.
- ¿Qué es el Trastorno del Desarrollo del Lenguaje?
- Síntomas y signos del TDL
- Diagnóstico y evaluación
- Impacto en el desarrollo emocional
- Terapias y estrategias efectivas
- Colaboración familiar y escolar
El silencio que duele: El trastorno del desarrollo del lenguaje en niños genera problemas emocionales y psicológicos.
El lenguaje es una herramienta fundamental para la comunicación y el desarrollo social de los niños. Sin embargo, existen casos en los que los pequeños no logran adquirir este habilidad de manera adecuada, lo que conlleva a un trastorno del desarrollo del lenguaje. Este trastorno, a menudo pasa desapercibido, puede generar problemas emocionales y psicológicos graves en los niños afectados. La incapacidad para expresarse adecuadamente puede llevar a sentimientos de frustración, ansiedad y aislamiento, que a su vez pueden afectar su desarrollo cognitivo y social. En este sentido, es fundamental abordar este tema de manera integral, analizando las causas y consecuencias de este trastorno, así como las posibles soluciones y estrategias para apoyar a los niños que lo padecen.
El silencio que duele: Conocer el Trastorno del Desarrollo del Lenguaje para ayudar a los niños
El Trastorno del Desarrollo del Lenguaje (TDL) es una condición que afecta la capacidad de los niños para comprender y expresarse, con implicaciones que van más allá del lenguaje, impactando también sus emociones y habilidades sociales. En este sentido, es fundamental conocer y comprender este trastorno para brindar apoyo y ayuda a los niños que lo padecen.
¿Qué es el Trastorno del Desarrollo del Lenguaje?
El DSM-5 define el TL como la presencia de dificultades persistentes en la adquisición y en el uso del lenguaje, debidas a déficits en la comprensión o producción de palabras, frases, estructuras o narración, tanto en la comunicación hablada como en la escrita, y no se pueden atribuir a un deterioro auditivo o sensorial, a una disfunción motora o a otra afección médica o neurológica, y no se explican mejor por una discapacidad intelectual.
Síntomas y signos del TDL
Los niños con TDL suelen empezar a hablar más tarde de lo esperado. Algunos de ellos no dicen sus primeras palabras hasta los 2 años de edad y/o no dicen frases de dos palabras hasta los 3. Según van adquiriendo el lenguaje, se observa que los niños presentan dificultades para expresarse verbalmente y, en ocasiones, se ayudan de gestos y sonidos para que se les entienda. Por otra parte, algunos de estos niños también tienen dificultades para comprender el lenguaje y les cuesta descifrar los mensajes verbales, por lo que muchas veces necesitan fijarse en la información visual del contexto para intentar entender lo que se les dice.
Diagnóstico y evaluación
Para confirmar si nos encontramos ante un TDL, es necesario realizar un diagnóstico diferencial y descartar cualquier otra patología. La evaluación debería llevarse a cabo a través de un equipo multidisciplinar que incluya médicos y psicólogos, además de logopedas. Se realizarán observaciones directas, entrevistas y cuestionarios con los padres y/o maestros, además de pruebas estandarizadas.
Impacto en el desarrollo emocional
La adquisición del lenguaje y el desarrollo social y emocional se influyen de forma recíproca. La dificultad para comunicarse genera problemas emocionales, ya que el ser humano es un ser social por naturaleza. Los niños y niñas con TDL pueden tener más preocupaciones, miedos y menos confianza en sí mismos en comparación con sus iguales y a tener más dificultad para regular sus emociones.
Terapias y estrategias efectivas
El Trastorno del Desarrollo del Lenguaje puede que no tenga una cura definitiva, pero existen diversas estrategias y tratamientos que pueden mejorar sus habilidades comunicativas y sociales. En algunos casos, puede ser necesario combinar sesiones de logopedia con otras intervenciones, como la terapia ocupacional o la psicología. Es fundamental promover espacios para desarrollar el lenguaje de forma lúdica y también situaciones emocionales, ya sea a través de historias, cuentos o dibujos animados.
Colaboración familiar y escolar
El entorno donde crecen y se desarrollan los menores tanto en la infancia como en la adolescencia, tiene gran relevancia y por ello los progenitores y maestros juegan un papel principal en el desarrollo emocional y del lenguaje de los niños y niñas. Es sumamente importante trabajar de forma coordinada entre la escuela, el hogar y los terapeutas, para que el desarrollo de los niños/as tenga mejores resultados. En la escuela, aquellos con TDL pueden beneficiarse de adaptaciones curriculares y pedagógicas para facilitar su aprendizaje, como el uso de recursos visuales o auditivos, o la implementación de programas de apoyo escolar.
Es fundamental brindar apoyo y ayuda a los niños con TDL para que puedan desarrollar sus habilidades comunicativas y sociales, y así mejorar su calidad de vida.
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