El sueño de la energía limpia se desvanece: El mayor proyecto de reactor de fusión nuclear del mundo falla en su intento de cambiar el panorama energé

El sueño de la energía limpia se desvanece: El mayor proyecto de reactor de fusión nuclear del mundo falla en su intento de cambiar el panorama energético global

La esperanza de que la fusión nuclear revolucionara el panorama energético global, proporcionando una fuente de energía limpia y sostenible, se ha visto truncada con el fracaso del mayor proyecto de reactor de fusión nuclear del mundo. Después de años de desarrollo y millones de inversiones, el proyecto ha demostrado ser incapaz de superar los desafíos técnicos y económicos que rodean esta tecnología. El fracaso de este proyecto pone en tela de juicio la viabilidad de la fusión nuclear como solución para la transición energética, y nos deja con la pregunta: ¿qué próximo paso debemos dar para alcanzar una energía más sostenible?

La energía limpia se desvanece: El mayor proyecto de reactor de fusión nuclear del mundo sufre un nuevo retraso de años

El ITER (International Thermonuclear Experimental Reactor), el mayor proyecto de reactor de fusión nuclear del mundo situado en Francia, enfrenta un nuevo retraso en su puesta en marcha. Después de 18 años de operaciones y más de 200.000 millones de euros gastados, el proyecto no termina de arrancar.

Un objetivo ambicioso: demostrar que se puede obtener y suministrar energía limpia mediante la fusión nuclear utilizando el hidrógeno como combustible, ya que es una fuente inagotable.

Retrasos y sobrecostos

La puesta en marcha del ITER estaba prevista inicialmente para 2016, pero se retrasó hasta 2025. Ahora, desde la dirección de ITER han anunciado que las primeras pruebas con plasma no se producirán hasta mínimo 2035, es decir, otros 10 años de retraso.

Según un informe publicado por Scientific American, el ITER se convierte en el proyecto científico más aplazado y con los sobrecostos más elevados de la historia.

Problemas técnicos y defectos de fabricación

En 2022, la Autorité de Sûreté Nucléaire (ASN), organismo francés que vigila la seguridad del ITER y otros proyectos nucleares, paró la construcción del reactor por defectos de fabricación importantes. Después de arreglar el problema, se continuó con la construcción.

En el mismo año, se descubrieron informes que mostraban estimaciones de 17 meses de retrasos, y en junio de 2022, tras una reunión entre el consejo de ITER, esa cifra se duplicó hasta alcanzar los 35 meses de retraso, añadiendo miles de millones de euros al presupuesto.

Falsificación de cualificaciones y problemas con los escudos térmicos

En 2023, la ASN descubrió que se habían falsificado las cualificaciones de algunos trabajadores que debían encargarse de las soldaduras de calidad nuclear entre piezas metálicas. También se manifestaron problemas con los escudos térmicos y recipientes de vacío de la instalación.

Actualmente, se estima que el proyecto cuesta unos 22.000 millones de dólares, siendo que en 2006 su plan estimado era de 5.000 millones de euros y 10 años de duración.

¿Una racha de casualidades o mala suerte?

Según los responsables de ITER, los motivos que han ocasionado estos retrasos han sido la pandemia del covid-19, el fallecimiento de su director general y los defectos en los paneles del escudo térmico con sus respectivas reparaciones. Además de los desafíos técnicos derivados de la naturaleza completamente inédita de buena parte de los componentes que es necesario poner a punto para lograr el objetivo.

La dirección de ITER ha convocado una rueda de prensa para explicar los motivos de este nuevo retraso, aunque hay varios rumores que apuntan a que este nuevo contratiempo podría ser incluso el final de este ambicioso proyecto.