Finaliza la controversia sobre la herencia de Carlos Marín, la voz española del grupo Il Divo
Después de meses de incertidumbre y especulación, se ha resuelto finalmente la disputa sobre la herencia del fallecido cantante Carlos Marín, miembro español del grupo de música clásica Il Divo. La noticia ha sido recibida con alivio por parte de sus fans y familiares, quienes han estado a la espera de una resolución a este conflicto emocional y financiero. La sentencia ha puesto fin a la batalla judicial que se libraba entre los herederos del cantante, permitiendo que se puedan realizar los arreglos necesarios para la distribución de la herencia. A continuación, te presentamos los detalles de esta resolución y cómo afectará a los involucrados.
La controversia sobre la herencia de Carlos Marín llega a un fin con la titularidad de la vivienda
Ha pasado casi tres años desde que una variante del coronavirus terminó con la vida del recordado y añorado cantante Carlos Marín, la voz española de Il Divo. Desde entonces, la vida de sus seres queridos no ha vuelto a ser la misma: su madre, Magdalena, y su hermana, Rosa, transitan entre los recuerdos de los últimos tiempos juntos; su exmujer, la también cantante Geraldine de la Rosa, empieza a encajar su muerte.
El próximo 13 de octubre, coincidiendo con la fecha de nacimiento de Carlos, la familia –junto a los amigos más cercanos– se reunirá en la sepultura del cantante en un acto que se prevé festivo y emocionante. Sin embargo, tras meses de enfrentamientos y procesos judiciales angustiosos, ha habido un desarrollo importante en la disputa sobre la herencia del cantante.
Geraldine de la Rosa, de nombre artístico Innocence, ha ganado la partida y desde hace algún tiempo se ha hecho con la titularidad de la vivienda en la que actualmente reside y que fue propiedad de Marín. La madre del cantante de Il Divo presenta el libro sobre la vida de su hijo, fallecido por COVID a los 53 años.
Haciendo valer la última voluntad del barítono, la familia se ha visto obligada a desistir después de que la justicia desestimara todas sus pretensiones. A pesar de lo mal que se portó y de que esto invade la legítima, mi madre ha decidido cumplir con los deseos de mi hermano, dice Rosa en conversación con este diario.
Otro de los puntos que enfrentaba a Geraldine con la familia de Carlos era el uso del mencionado nombre comercial Innocence, con el que ella se hizo popular a media escala. Según ha podido confirmar este periódico, este comprometido asunto también se ha resuelto favorablemente para la cantante.
Así pues, podrá hacer uso de la palabra registrada para cualquier tipo de obra artística. De esta manera, se pone fin a una época de dolor, sufrimiento y desazón que ninguna de las dos partes tiene la intención de reabrir.
La familia de Carlos Marín puede finalmente encontrar un poco de paz y cerrar este capítulo doloroso de su vida, y Geraldine de la Rosa puede seguir adelante con su carrera artística sin obstáculos. La disputa sobre la herencia del cantante ha llegado a su fin, y la familia puede ahora centrarse en recordar y honrar la memoria de Carlos Marín.
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