Hosteleros exigen derogar el decreto de viviendas turísticas debido a la creciente turismofobia en la región

Hosteleros exigen derogar el decreto de viviendas turísticas debido a la creciente turismofobia en la región

En un movimiento de protesta sin precedentes, los hosteleros de la región unidos contra el decreto que regula las viviendas turísticas, están exigiendo su derogación inmediata. La razón detrás de esta solicitud es la creciente turismofobia que se ha instalado en la zona, generando un clima de inseguridad y rechazo hacia los visitantes. Según los hosteleros, esta normativa ha llevado a una disminución significativa en la ocupación de habitaciones y una pérdida importante de ingresos para el sector. Ante esta situación, los hosteleros esperan que las autoridades revisen y modifiquen la legislación para encontrar una solución que beneficie a todos los involucrados.

Empresarios de hostelería y turismo exigen regulación de apartamentos turísticos en Granada

Los presidentes de la Federación Provincial de Empresas de Hostelería y Turismo de Granada, Trinitario Betoret, y de la Asociación de Hospedaje, Gerardo Castilla, han pedido la derogación del decreto de viviendas turísticas debido a la creciente turismofobia en la ciudad.

La petición, que se va a formular a través de la federación andaluza del sector, busca que el sector se regule a través del decreto de apartamentos turísticos, modificando la norma para que encuadrarse en esa figura sea posible teniendo una unidad de alojamiento, en lugar de tres como ahora.

Además, han pedido una norma homogénea para todo el país, y llevar a cabo un estudio pormenorizado a través de la Federación Andaluza de Municipios y Provincias para solucionar este gravísimo problema.

La creciente competencia desleal

Gerardo Castilla ha detallado que hay empresarios de pisos residenciales que han pasado todos al uso vacacional, obteniendo un resultado económico que es el doble que el de los alojamientos hoteleros tradicionales. Se estima que la ocupación es mayor que la de los hoteles tradicionales, incluso en un mes como enero, cuando estos últimos han tenido una ocupación de un 35 por ciento.

Según Castilla, se ha creado una burbuja y un efecto llamada o efecto manada con un decreto laxo que la Junta apuntó que se revisaría tras su puesta en marcha.

Turismofobia en el centro de la ciudad

Castilla ha apuntado a que empieza a haber señales de turismofobia en el centro de la ciudad de Granada ante la masificación que conlleva este turismo.

No hay vocación de economía colaborativa tras esta actividad, ha explicado Trinitario Betoret, quien ha aludido a que este tipo de plazas legales o ilegales -que pueden ser algo más de 15.000 en Granada- superan ya las de los hoteles.

Consecuencias negativas

Betoret ha agregado que no es posible cuantificar el dinero que genera esta actividad que se encuadra muchas veces en la economía sumergida y que hace daño a la tradicional, y no genera prácticamente puestos de trabajo de alta, ni redunda en la redistribución de riqueza.

Para Betoret, los efectos trascienden a lo estrictamente turístico, pues se ha consolidado una nueva burbuja inmobiliaria ante la que empieza a haber dificultades para encontrar alquileres asequibles en el centro de Granada e incluso en los alrededores para uso residencial.

Plan de acción

Incluso ha comenzado a pasar que un estudiante tenga dificultades para encontrar una habitación o piso para poder estudiar en Granada, han señalado desde la Federación Provincial de Hostelería y Turismo.

La federación ha planteado un plan de acción que, en el ámbito local, propone un control del consumo de agua en viviendas no habitadas o establecer un calendario de visitas nocturnas a estas viviendas, entre otras medidas.

Además, se plantea promover la modificación de la Ley de Arrendamientos Urbanos en esta materia, y la necesidad de que el propietario de una vivienda de uso turístico tenga que darse de alta como empresario turístico con las mismas obligaciones que los empresarios en esta materia.

También se apuesta por modificar a través de la FAMP la Ley de Propiedad Horizontal para que las comunidades recojan en sus estatutos el veto a los vecinos que deseen convertir su vivienda en vivienda de uso turístico, que debe de ser legalizada.