En una declaración reciente, el candidato del Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC), Salvador Illa, ha afirmado que no cambiará la estrategia de campaña a pesar de la posible candidatura de Carles Puigdemont en las elecciones del 12 de mayo. Esta postura firme resalta la determinación del PSC en mantener su enfoque y mensaje político, independientemente de la participación de otras figuras clave en la contienda electoral. La decisión de Illa de mantener la dirección de la campaña sin alteraciones ante la incertidumbre generada por la potencial candidatura de Puigdemont demuestra la cohesión del partido y su compromiso con sus principios y objetivos. Es crucial observar cómo esta situación influirá en el desarrollo de la campaña y en la percepción de los votantes en un contexto político tan complejo como el actual.
Salvador Illa: Estrategia del PSC ante posible candidatura de Puigdemont
El primer secretario del PSC, Salvador Illa, ha afirmado en una entrevista en La 1 que, ante la posible candidatura de Carles Puigdemont en las elecciones catalanas del 12 de mayo, no cambiará la estrategia de campaña de los socialistas catalanes. Aunque Puigdemont se presente como candidato de JxCat, desde el PSC se mantendrá el planteamiento inicial.
La propuesta electoral de Illa se centra en pasar página a los años del procés y en abrir un tiempo nuevo en Cataluña, enfocándose en el fortalecimiento del autogobierno y el buen funcionamiento de los servicios públicos. Asegura que la sociedad catalana no sigue la vía de la unilateralidad que defienden Junts y ERC como una posibilidad.
Unir a los catalanes en servicios públicos de calidad
En el XV Congreso del PSC, Illa ha apostado por unir a todos los catalanes, independientemente de su origen o lengua, mediante la oferta de servicios públicos de calidad en ámbitos como la educación, la sanidad, la lucha contra la sequía y las infraestructuras. Además, propone una financiación autonómica justa y una reforma de la administración pública.
La campaña de Illa se caracterizará por un tono respetuoso y educado, mostrando consideración a las decisiones de cada partido sobre sus candidatos. Tras las elecciones, su objetivo es formar un gobierno sólido, con estabilidad parlamentaria y capacidad de diálogo y acuerdo.
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