En el campo de la salud, un tema que ha generado un intenso debate entre los especialistas es el uso de inyecciones para bajar de peso en personas con obesidad severa. La discusión gira en torno a la eficacia y seguridad de este método, así como sus implicaciones éticas y sociales. Mientras algunos defienden la accesibilidad a este medicamento costoso como una opción para aquellos que no han respondido a otros tratamientos, otros critican la estigmatización que podría generar hacia las personas con sobrepeso y obesidad. En este sentido, es fundamental analizar los pros y contras de esta terapia y evaluar si realmente es una solución efectiva y justa para los pacientes.
Inyecciones para bajar de peso: ¿un plan revolucionario o una estigmatización hacia los parados obesos?
El Gobierno de Reino Unido estudia administrar inyecciones adelgazantes a personas en paro con obesidad para estudiar su impacto en la reactivación laboral. Esta idea ha creado controversia entre los especialistas del ámbito del empleo y la salud.
La propuesta del Gobierno británico
La propuesta llega tras el acuerdo firmado entre la farmacéutica Eli Lilly -fabricante de Mounjaro, uno de los fármacos para perder peso-, y las autoridades de Manchester para realizar un estudio durante cinco años para buscar evidencia sobre el impacto de estos tratamientos en la situación laboral de las personas. Desde el gobierno británico instan a pensar de forma diferente para reducir la presión sobre el sistema nacional de salud (NHS, por sus siglas en inglés).
El ministro de Sanidad, Wes Streeting, afirmó que nuestros cinturones cada vez más anchos también están imponiendo una carga significativa a nuestro servicio de salud, costando 11.000 millones de libras (13.090 millones de euros) al año, incluso más que fumar. Los beneficios a largo plazo de estos medicamentos podrían ser monumentales en nuestro enfoque para abordar la obesidad, agregó.
La polémica entre los expertos
La idea causa controversia entre los profesionales del sector laboral y médico consultados por 20minutos, que consideran que es un plan con riesgo de estigmatizar a las personas con obesidad, aunque bien explicado, el objetivo no es malo.
La profesora titular de Psicología del Trabajo de la Universidad Complutense de Madrid, Gloria Castaño, experta en selección y orientación laboral, considera que la medida no va al problema y recuerda que el éxito laboral no depende del peso de una persona, sino de que tenga las competencias y las características necesarias para desempeñar una posición dentro de una organización y para ajustarse tanto al puesto como a la entidad en la cual va a ser seleccionado.
Por otro lado, la doctora Andreea Ciudin, coordinadora de la unidad de obesidad del Hospital Vall d'Hebron y miembro de la junta directiva de la Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO), explica que poder medicar durante cinco años a pacientes con obesidad que, de otra forma, no se podrían permitir tratamientos que cuestan en España entre 250 y 360 euros, sería genial desde el punto de vista médico y humano porque favorece el acceso y la financiación de un tratamiento farmacológico basado en la biología de la obesidad a personas que lo necesitan.
El objetivo de la reinserción laboral
La idea del gobierno británico es que estas inyecciones puedan ayudar a las personas con obesidad a perder peso y, por lo tanto, a mejorar su salud y aumentar sus posibilidades de encontrar trabajo. Sin embargo, los expertos cuestionan si este enfoque es el correcto para abordar la obesidad y la reinserción laboral.
La doctora Ciudin apunta que estos fármacos que reducen la sensación de hambre, en sus ensayos clínicos, con muchas personas a nivel internacional, han demostrado que mejoraban la calidad de vida y la funcionalidad física, la capacidad de hacer más ejercicio. Por ello, la especialista y sus compañeros, de forma mayoritaria, consideran que el impacto en calidad de vida y funcionalidad será positivo en este estudio que se plantea en Inglaterra.
La crítica de la estigmatización
Sin embargo, la profesora Castaño y la doctora Ballesteros, de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), critican que esta medida pueda estigmatizar a las personas con obesidad y que no aborda el problema de fondo de la obesidad.
La profesora Castaño expone que no hay una relación de causa-efecto entre tener sobrepeso y estar en paro. Las personas pueden tener sobrepeso y ser activas de cara a buscar empleo, o pueden no tener sobrepeso y ser pasivas. Eso no va relacionado.
La doctora Ballesteros tiene una sensación agridulce con la propuesta británica. Por un lado, celebra, aunque con reservas, que se reconozca el impacto de la obesidad en la vida laboral y social. Pero, por otra parte, considera que es una forma más de estigmatizar la enfermedad.
La posible replicación en España
La doctora Ciudin asegura que como médico, lo apoyaría, más que nada para darle tratamiento a pacientes que de otra forma, con los precios prohibitivos que hay actualmente, no pueden permitírselo. Ahora, igual se podría replantear el objetivo de la reinfección laboral, habría que explicarlo muy bien.
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