En un día que será recordado por siempre, Ángel Cristo y Ana Herminia dijeron sí, quiero en una fiesta de ensueño que reunirá a amigos y familiares para celebrar su amor. La boda, que promete ser inolvidable, contará con un cóctel de pie exquisito, que incluirá deliciosas arepas como parte de la oferta gastronómica. Pero lo que realmente hará que esta fiesta sea única es la celebración sin límites, con cuatro horas de barra libre para que los invitados disfruten al máximo. Y para completar la escena, la decoración de rosas creará un ambiente romántico y elegante. ¡ Prepárate para vivir una noche inolvidable!
La boda que no se olvidará: Ángel Cristo y Ana Herminia unen sus vidas con arepas, rosas y celebración sin fin
La lluvia no fue un obstáculo para la boda de Ángel Cristo y Ana Herminia, celebrada el pasado jueves en la ermita de Santa María, dentro de la finca La Vega de Henares, cerca de Madrid. La pareja, que tiene una exclusiva, prohibió a los 130 invitados portar móviles durante la celebración.
Una boda sin límites: En lugar de un banquete tradicional, la pareja optó por un cóctel de pie con mesas diseminadas y sillas para descansar, donde se sirvieron deliciosos pescados, mariscos y arroces. Además, como tributo al origen venezolano de Ana Herminia, se ofrecieron arepas, una especialidad venezolana hecha con masa de maíz seco molido o de harina de maíz precocida que se puede rellenar según el gusto.
La barra libre que animó toda la boda duró cuatro horas, lo que aseguró que los invitados se divirtieran hasta el final de la noche.
Los novios llegaron antes que los invitados, ya que se vistieron en la finca. La primera en presentarse fue Ana Herminia, sobre las 3 de la tarde. Casi dos horas y media después, apareció Ángel Cristo Jr. conduciendo su coche y acompañado de su hija de 7 años. Estoy muy nervioso y con muchas ganas de ver a Ana, confesaba a los medios.
La boda tuvo tres escenarios: la ceremonia, en la que intercambiaron sus votos, que duró una hora. A continuación, dio comienzo el cóctel y, como broche final, la fiesta.
Entre los invitados se encontraban Jenny Llada, antigua amiga y vecina de Bárbara Rey, y José Manuel Parada, otro 'enemigo' de la vedette. Parada aclaró que no estaba en el enlace para molestar a la vedette y que le hubiera gustado que ella hubiera estado.
En cuanto a anécdotas, Víctor Sandoval, colaborador de Ni que fuéramos, intentó colarse por todos los medios: disfrazándose de Sofía Cristo, subido en una moto de un repartidor y en el coche de Jenny Llada.
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