La ciudad que nunca duerme reflejada a través el arte de una joven pintora madrileña en Nueva York

La ciudad que nunca duerme reflejada a través el arte de una joven pintora madrileña en Nueva York

En el corazón de Nueva York, la ciudad que nunca duerme, una joven pintora originaria de Madrid ha logrado plasmar la esencia de este lugar emblemático a través de su arte. Con pinceladas vibrantes y una visión única, esta artista ha creado una serie de obras que reflejan la energía y el ritmo frenético de la ciudad que nunca se detiene. A lo largo de sus cuadros, se puede apreciar la fusión de la cultura neoyorquina con la sensibilidad española, lo que da como resultado una perspectiva fresca y original sobre esta ciudad icónica. Descubre cómo esta joven pintora madrileña ha logrado capturar el espíritu de La Gran Manzana a través de su arte.

La pintura que refleja el alma de la ciudad que nunca duerme

La joven pintora madrileña Jara López Sastre nos muestra su visión fragmentaria y poliédrica de la ciudad de Nueva York a través de su arte.

Jara López Sastre, la joven pintora que captura la esencia de Nueva York

Con solo 23 años, Jara López Sastre ya ha estudiado en Boston, Londres y Berlín, y ha desarrollado una forma única de capturar la esencia de la ciudad que nunca duerme. Su pintura es un reflejo de la ciudad que la ha acogido y que ha sido su hogar durante algún tiempo.

La ciudad que nunca duerme a través del arte de una joven pintora madrileña

En su primera exposición en España, Jara López Sastre nos muestra una colección de óleos sobre tabla que ofrecen una visión fragmentaria y poliédrica del cuerpo femenino. Imágenes ampliadas que plasman la tersura de la piel en diferentes tonos, donde surgen detalles, pliegues que no siempre permiten identificar la zona del cuerpo en que la pintora deja caer su mirada.

La visión fragmentaria y poliédrica de la ciudad que nunca duerme en la obra de Jara López Sastre

La pintora madrileña nos comenta que cuando miras un cuerpo no lo ves como una entidad entera. Lo que tú miras son momentos, entonces busco esa pausa para encontrar los pequeños momentos de las relaciones humanas, más grandes o más pequeños, pero todos con el mismo valor.

La piel sosegada aun consciente de ser vista, según una estrofa del poema que acompaña a la exposición. En relación al título de la exposición, Lo que queda después de la mirada, Jara nos comenta que busca encontrar esa pausa para encontrar los pequeños momentos de las relaciones humanas.

Goya como referente. La pintora confiesa que la piel y las manos pintadas por Goya siempre le han encantado. Hay momentos en sus pinturas muy bonitos, pero también le gustan sus pinturas más oscuras.

Desconfianza de las redes sociales. Jara no cree que las redes sociales sean la plataforma adecuada para mostrar su arte. Las redes sociales ayudan, pero no son la plataforma en la que quiero poner mi arte. Se pierden los colores, el trazo, todo. Tu trabajo vale menos.

La misión del galerista. La pintora critica a algunas galerías de arte que buscan innovar a cualquier precio y pierden de vista su misión. La gente solo quiere innovar. Todo nuevo. Nadie quiere ver lo de siempre. Estamos muy mal criados.

La abstracción en la obra de Jara López Sastre. La pintora nos comenta que la abstracción está presente en sus cuadros, trae consigo un modo de contemplarla aconsejable, buscando un reposo en la mirada que cada día parece más extemporáneo.

La representación de la mujer en la historia del arte. La pintora nos comenta que la representación de la mujer en la historia del arte se reduce a varios arquetipos: la figura de la madre con los niños, la madonna, la virgen, Afrodita o Venus, la mujer sexual, y la mujer maléfica.

Nueva York, la ciudad que nunca duerme. La pintora reconoce que su sitio sigue siendo Nueva York, por las oportunidades que ofrece, una ciudad a la que llegó tras estudiar en Boston, Londres y Berlín.

Por ahora, Jara López Sastre tiene pensado seguir trabajando en un edificio divertidísimo de los años noventa, que el dueño está habilitando para que lo empleen los artistas como estudio colectivo.

Así es la urbe más cosmopolita del mundo, la ciudad que nunca duerme, la de las mil caras y un millón de miradas. Una de esas miradas es la de Jara López Sastre y se ofrece ahora en el Ateneo de Madrid, donde hizo su primera exposición Antonio López, apunta la pintora.