En una jornada histórica, decenas de miles de personas se han reunido en el centro de Madrid para expresar su indignación y frustración ante la crisis habitacional que azota a la ciudad. La protesta pacífica ha llenado las calles del casco histórico de la capital para exigir soluciones urgentes a los altos precios de la vivienda y la precariedad en el mercado inmobiliario. La movilización ciudadana, convocada por various organizaciones sociales y sindicatos, busca visibilizar la situación de inseguridad y desamparo que viven miles de personas que no pueden acceder a una vivienda digna en la ciudad. A lo largo de este día, se esperan intervenciones de líderes políticos y sociales, así como performances artísticas y culturales que reflejen la diversidad y la determinación de los manifestantes.
Decenas de miles de personas ocupan el centro de Madrid en protesta por la vivienda y la precariedad
Una gran movilización ciudadana se desarrolló en el centro de Madrid el pasado domingo, con decenas de miles de personas saliendo a las calles para exigir soluciones a la crisis de la vivienda en España. La marcha, convocada por medio centenar de asociaciones vecinales, sindicatos de inquilinas, plataformas por la vivienda y el alquiler, la sociedad civil en general y organizaciones ecologistas, reclamó medidas para regular los precios del alquiler, ampliar la ley de vivienda, aumentar los alquileres sociales y poner fin a los pisos turísticos.
La vivienda es un derecho, no un negocio, coreaban los manifestantes, en su gran mayoría jóvenes, que se quejan de que no son capaces de encontrar vivienda y, cuando lo consiguen, tienen que afrontar un alquiler que apenas les deja margen para gastar. Comprar una vivienda en una gran ciudad como Madrid les parece, en la mayoría de los casos, directamente una quimera.
La subida del alquiler de hasta un 80% y la escasez de vivienda empujan a la primera gran manifestación en España
Los manifestantes respondían a una convocatoria que buscaba visibilizar la delicada situación que atraviesa el acceso a la vivienda en España. Unos 150.000 manifestantes, según los organizadores (22.000 según Delegación del Gobierno), recorrieron las principales arterias madrileñas para exigir soluciones a un problema que ocupa los primeros puestos en las preocupaciones de los españoles, especialmente los jóvenes.
Entre las reivindicaciones, destacaban la regularización de los precios del alquiler, la ampliación de la ley de vivienda, el aumento de los alquileres sociales, el fin de los pisos turísticos y un llamamiento a impagos en la renta como protesta por la tensa situación que se vive en las grandes ciudades.
Los manifestantes también se dirigieron contra los especuladores o los fondos buitre, pero también se han dirigido críticas a las autoridades nacionales, autonómicas y locales. Reproches que han llegado incluso desde los partidos en el Gobierno.
Reacciones políticas
En el ámbito de la política nacional, Sumar ha aprovechado la ocasión para cargar contra el ala socialista del Gobierno. El portavoz de la formación en el Congreso, Íñigo Errejón, ha pedido directamente la dimisión de la ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez. La Ministra de Vivienda ya no puede no hacerse cargo de este clamor social, publicaba en la red social X el portavoz parlamentario de la formación.
El Ejecutivo también ha recibido reproches de Podemos, uno de sus socios parlamentarios. Hay un Gobierno en el que solo manda Sánchez y que no se toma en serio la lucha por la vivienda digna, señalaba Ione Belarra, líder de la formación morada, que ha participado en la protesta.
La situación es tan crítica que algunos trabajadores se plantean salir de la ciudad. Es el caso de Miguel (36 años) y Belén (34), que llevan 10 años viviendo juntos en la capital. Actualmente pagan 1.100 euros al mes, pero temen que cuando venza su contrato dentro de dos años, su casero (una gran empresa) les vuelva a subir el precio. Somos responsables, ponemos el 35% de nuestro sueldo, pero con eso no se ahorra. Vives al día, señala Miguel.
Una alternativa sería comprar, pero con los precios de Madrid ni se lo plantean. No es decente pagar 350.000 euros por un pisucho cuando en Cuenca por ese precio tienes un chalet de 350 metros cuadrados. No tiene ningún sentido, en Madrid te están echando de la ciudad, declara Miguel, que señala ahora a su pareja. Ella es funcionaria, estamos mirando para irnos a Cuenca a vivir allí porque está un poco más barato y se puede permitir un poco más la vida, zanja.
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