El 8 de diciembre de 2020, la empresa de reparto de comida Glovo se convirtió en una de las pocas startups españolas en alcanzar la condición de unicornio, es decir, una empresa valorada en más de 1.000 millones de dólares. Sin embargo, desde entonces, la historia de la empresa ha estado marcada por una serie de caídas en la bolsa, que han llevado a una creciente presión regulatoria en los mercados en los que opera. A esto se suma la mirada crítica de Bruselas, que ha puesto bajo la lupa las prácticas laborales de la empresa y su impacto en el mercado laboral. En este contexto, se cumple el segundo aniversario de la compra de Glovo, un momento idóneo para repasar los altibajos de la empresa y reflexionar sobre su futuro.
Dos años de vértigo para Glovo: caídas en bolsa, litigios laborales y la investigación del cártel
Hace dos años, la compra de Glovo por parte de Delivery Hero parecía ser una de las grandes ventas de startup. Sin embargo, desde entonces, la compañía ha enfrentado una serie de desafíos que han generado una gran incertidumbre sobre su futuro.
Caída en bolsa y presión regulatoria
La compra de Glovo se consumó en julio de 2022, pero la transacción no se hizo efectiva hasta entonces. Desde ese momento, la acción de Delivery Hero ha caído en bolsa, perdiendo más de la mitad de su valor en apenas 24 meses. Esto ha presionado a los socios que tienen miles de títulos aún por vender.
La fuerte presión regulatoria ha sido un denominador común de estos dos años. La compañía ya tenía una pesada mochila antes de firmar la compra, con un centenar de procedimientos legales abiertos en todos los mercados.
Investigación por cártel de la Comisión Europea
La investigación por un posible cártel entre Glovo y Delivery Hero es el último frente que la compañía tiene que afrontar. La Comisión Europea abrió formalmente la investigación en julio de este año, acusando a las dos compañías de repartirse mercados geográficos o hacer un pacto no de no agresión en el fichaje de trabajadores.
Los alemanes han elevado a 400 millones la reserva de dinero para afrontar este nuevo frente, que no se resolverá previsiblemente hasta el próximo año 2025.
Litigios laborales y relación con los repartidores
La relación laboral de Glovo con sus repartidores ha sido un tema delicado desde el principio. La empresa ha luchado por reducir sus abultadas pérdidas y esperan alcanzar un resultado bruto (Ebitda) positivo a finales de año.
Tras la entrada en vigor de la ley rider, se han efectuado las primeras actas de liquidación. No hay una previsión exacta, pero el holding alemán ya se ha ido poniendo vendas en este tiempo.
Respecto a los casos anteriores a la normativa aprobada, más de 400 millones de euros para el período comprendido entre el verano de 2021 y 2023. Delivery Hero se comprometió a provisionar entre 30 y 45 millones al trimestre para hacer frente a estos casos posteriores.
Pérdidas millonarias y futuro incierto
En el lado puramente económico, la compañía dirigida por Óscar Pierre ha peleado en este tiempo contra las pérdidas, generadas en buena parte por las provisiones. Los 'números rojos' netos de 2022 ascendieron a 412 millones. Los de 2023 no se han hecho públicos por los alemanes, pero las previsiones se basaban en 209 millones de euros.
Pese a esa descripción ante los magistrados, el grupo germano ha defendido en los últimos trimestres la mejora en términos de rentabilidad bruta de la española. En abril insistió en las fuertes mejoras en este sentido, lo que le permitiría alcanzar un Ebitda ajustado positivo en esta segunda parte del año.
Queda por ver si en ese ajuste del resultado bruto se incluyen las provisiones por las actas laborales o no. En cualquier caso, el futuro de Glovo sigue siendo incierto, con la presión regulatoria y los litigios laborales como principales desafíos.
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