El legado olímpico es un tema de gran interés y debate en el ámbito deportivo y económico. La organización de los Juegos Olímpicos implica una inversión considerable en infraestructura, transporte, seguridad y servicios, entre otros aspectos. En este sentido, la cuenta final de los gastos acumulados de todos los Juegos Olímpicos desde Barcelona 92 es un tema que genera curiosidad y preocupación. ¿Cuánto ha costado la pasión olímpica? ¿Qué beneficios han generado estos eventos para las ciudades y países anfitriones? En este artículo, exploraremos los gastos acumulados de las últimas décadas, desde los Juegos Olímpicos de Verano y de Invierno, y analizaremos el impacto económico de este evento global.
La cuenta final: ¿Cuánto ha costado la pasión olímpica?
Organizar unos Juegos Olímpicos no es una tarea sencilla ni barata. En muchas ocasiones, la celebración de esta gran competición deportiva se caracteriza por gastar mucho más de lo presupuestado para la cita, que suele durar, aproximadamente, unas dos semanas.
No cabe duda que ser la ciudad anfitriona de unos Juegos ofrece muchas oportunidades; es un momento perfecto para mejorar las infraestructuras y dejar un legado perdurable en la urbe. Pero, en muchas ocasiones, en el pasado, no ha sido así. Concretamente, ha habido ciudades organizadoras en las que su mala planificación ha hecho que, pasados unos años, los estadios estén en ruinas y las villas olímpicas abandonadas, sin posibilidad de una segunda vida integradas en la ciudad.
Un repaso a los gastos de todos los Juegos Olímpicos desde Barcelona
A continuación, se presentan los costos de albergar los Juegos Olímpicos en diferentes ciudades:
Barcelona 92 (España)
El coste de albergar los Juegos Olímpicos en Barcelona, en 1992, fue de 11,6 billones de dólares estadounidenses, lo que supuso un 266% más de lo previsto inicialmente.
Atlanta 96 (Estados Unidos)
El coste de Atlanta fue casi tres veces menor que el de Barcelona cuatro años antes, 4,7 billones de dólares estadounidenses. Sin embargo, supuso también un 151% más de lo que se había previsto en un primer momento.
Sídney 2000 (Australia)
El coste que tuvieron los Juegos de Sídney fueron muy similares a los de Atlanta, ya que el gasto fue de 5,2 billones de dólares estadounidenses. En este caso, el sobrecoste alcanzó un 90%.
Atenas 2004 (Grecia)
Los de Atenas han sido los Juegos más baratos de verano de las tres últimas décadas. Costaron 3,1 billones de dólares estadounidenses, lo que supuso un 49% más de lo presupuestado inicialmente.
Pekín 2008 (China)
No hay duda de que los Juegos celebrados en Pekín fueron los que más se ajustaron al presupuesto inicial, ya que solo hubo un sobrecoste de un 2%. El gasto fue de 8,3 billones de dólares estadounidenses.
Londres 2012 (Reino Unido)
Los Juegos de Londres costaron más del doble que los de Pekín y fue la cifra más alta de todos los años anteriores, superando a Barcelona. Fueron 16,8 billones de dólares estadounidenses y un 76% más de lo previsto.
Río 2016 (Brasil)
El presupuesto de los Juegos de Río de Janeiro superó ampliamente el de Londres, ya que el gasto ascendió a 23,6 billones de dólares estadounidenses. Además, el sobrecoste fue elevadísimo: un 352%.
Tokio 2021 (Japón)
En unos Juegos marcados por el coronavirus y celebrados un año más tarde de lo previsto, Tokio gastó 13,7 billones de dólares estadounidenses, un 128% más de lo originalmente presupuestado.
París 2024 (Francia)
En comparación con los precedentes más recientes, los Juegos de París han sido austeros, ya que se han gastado 8,7 billones de dólares estadounidenses, pero el sobrecoste no ha dejado indiferente: un 115%.
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