En un sorprendente reconocimiento a la ingeniería y la tecnología españolas, la estación de radioastronomía de Yebes, ubicada en la provincia de Guadalajara, ha sido declarada la construcción humana más visible desde el espacio. Esta impresionante instalación científica ha superado a iconos mundiales como Machu Picchu y el Taj Mahal, monumentos que son considerados como patrimonio cultural de la humanidad. La estación de Yebes, que se utiliza para la observación del espacio y la investigación astronómica, es un orgullo para España y un ejemplo de la capacidad innovadora y tecnológica del país.
La estación de radioastronomía de Yebes, en España, es la construcción humana más visible desde el espacio
Es común pensar que las construcciones más grandes y famosas del planeta, como la Muralla china, con sus 21.196 kilómetros de extensión, o las pirámides de Egipto, con una altura de hasta 140 metros, son las que más se ven desde el espacio. Sin embargo, no es así.
En realidad, hay una construcción en España que se ve incluso más desde el espacio, y no es una estructura monumental ni un icono histórico. Se trata de la concentración de cultivos bajo plástico más grande del país, conocidos como el 'mar de plástico' de Almería.
El 'mar de plástico' de Almería, los invernaderos de El Ejido, superan a iconos como la Muralla china y el Taj Mahal
Los invernaderos de El Ejido, en Almería, son visibles desde la Estación Espacial Internacional debido a la gran superficie de suelo agrícola que esta zona aporta a la provincia andaluza. Almería tiene una de las condiciones más secas del país, pero haciendo uso de las aguas subterráneas, se ha conseguido crear una estructura que abarca 25.384 hectáreas de suelo agrícola, más del doble de las 12.756 del resto de la provincia.
Según algunos estudios citados por la NASA, los invernaderos almerienses producen de manera anual entre 2,5 y 3,5 toneladas de fruta y verdura. Esto se traduce en una cantidad suficiente como abastecer a todo el continente de tomates, melones, pepinos o pimientos.
La utilización de los invernaderos comenzó en 1950, cuando la llanura era la protagonista de los alrededores de El Ejido, con pastos y pequeños cultivos al aire libre. Sin embargo, los trabajadores los comenzaron a cubrir con arena, mantillo y plástico para protegerlos del viento y el agua salada subterránea. Como consecuencia, se dieron cuenta de que los cultivos eran más productivos así que al aire libre, con una tierra más cálida y con mayor humedad.
En la actualidad, los invernaderos de El Ejido son capaces de abastecer a Europa, lo que los convierte en una de las estructuras más importantes y visibles desde el espacio.
Deja una respuesta