En el panorama educativo de Barcelona, una sombría realidad se cierne sobre los estudiantes de educación pública. La falta de infraestructura en los centros educativos públicos de la ciudad ha llevado a una situación insostenible, en la que más de 2.650 estudiantes se ven obligados a comenzar el curso en barracones. Esta situación es consecuencia directa de la falta de respuesta por parte de las autoridades competentes ante el crecimiento demográfico experimentado por la ciudad en los últimos años. La falta de inversiones en infraestructura escolar ha llevado a una situación crítica, en la que los estudiantes y profesores se ven obligados a trabajar en condiciones precarias, lo que puede afectar negativamente la calidad de la educación.
La educación pública en Barcelona sufre: más de 2.650 estudiantes obligados a comenzar el curso en barracones
La falta de infraestructura en la educación pública de Barcelona ha llevado a que más de 2.650 alumnos de siete centros de la capital catalana deban comenzar el curso escolar 2024/25 en estructuras modulares, popularmente conocidas como barracones.
Según el Consorci d' Educació de Barcelona, aunque el número de centros en esta situación ha disminuido en comparación con años anteriores, los barracones no desaparecen del todo. Las familias de los alumnos que estudian en ellos denuncian que, hasta que no tengan un lugar definitivo, sufren falta de equipamientos, como comedores, cocinas, gimnasios o espacios para tener 'casals' de verano.
La calidad de las construcciones provisionales
Desde el Consorci, defienden que, a pesar de ser espacios provisionales, la calidad de estas construcciones es superior a la de las tradicionales. Sin embargo, las Associacions Federades de Famílies d'Alumnes de Catalunya (aFFaC) destacan que existe un problema real en Barcelona para encontrar un lugar con garantías y con un mínimo de calidad para los centros provisionales.
La presidenta del organismo, Belén Tascón, insta a la administración a establecer plazos y comprometerse a terminar y comenzar las obras. Critica que la estructura modular no permite hacer cohesión en los patios ni hace posible continuar con el proyecto educativo del centro.
Casos específicos
Uno de los colegios de educación infantil y primaria que se encuentran en el proceso de trasladarse a un edificio definitivo es la Escola Gaia (Eixample). El centro nació directamente entre módulos y, en 2020, el Consell de Barri de la Sagrada Família presentó el proyecto urbanístico para ubicarlo en la calle Castillejos (en la antigua Fàbrica dels Paraigües). En noviembre de 2023 se licitó el proyecto arquitectónico y la previsión es que se inaugure en 2026.
Sin embargo, la presidenta de la asociación de familias de alumnos (AFA), Míriam Martínez, explica que sigue habiendo 411 alumnos en unos barracones que no dan respuesta al crecimiento anual y a las necesidades del alumnado. El Consorci niega que exista un problema por falta de espacio en el centro.
Otro caso similar es el que se vive en la Escola Teixidores de Gràcia. Desde la AFA del centro coinciden en que el crecimiento anual de la escuela supone un problema en un colegio modular de 345 alumnos. Se hace pequeña, cada año sumamos 50 alumnos, explican las familias.
La AFA acusa a la administración de dejadez al no poder solucionar problemas estructurales. Pone el foco en la falta de comedores o la imposibilidad de poder realizar 'casals' de verano. También señala que los lavabos de los barracones son precarios.
La lucha por un centro definitivo
En 2022, el consistorio anunció que la Escola Teixidores de Gràcia se ubicaría en la calle de Camèlies, no obstante, la AFA explica que se echó para atrás la idea al ser un espacio demasiado pequeño. Actualmente, tienen 345 alumnos y durante el verano también incorporan los módulos necesarios para dar espacio a los alumnos que entran en I3.
Otro caso es el de la Escola Auditori, que tiene que estrenarse en septiembre. Las familias de la Escola Auditori (Sant Martí) muestran su preocupación por no saber si podrán empezar el curso 2024/25 en el nuevo edificio. Desde la AFA, denuncian que llevan seis años entre barracones y critican la lentitud de un proyecto que tendría que ser de construcción rápida.
La AFA explica que han pedido al Consorci un plan de la obra detallado, que no les han facilitado, para saber con garantías cuando se acababa la construcción. Estamos viendo una improvisación constante en una construcción que se está eternizando, dicen, y temen empezar el curso que viene en el nuevo lugar sin gimnasio, comedor..
El próximo curso también dejará de estar en módulos provisionales el IES Vapor de Fil. El centro de Sant Andreu–tras cuatro años en barracones de 14 años de antigüedad– se fusionará con la Escola Molí de Finestrelles.
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